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Mostrando entradas de 2017

La misma necedad

Religión y ciencia se creen distintas y opuestas entre ellas, una afirma lo que la otra niega. La religión niega la evolución pues considera al hombre como creado directamente por Dios. La ciencia, por su parte niega toda existencia de Dios porque la existencia presupone una subsistencia, una manifestación o un trazo de evidencia de que ese Algo ha estado ahí ¿cómo probar algo si no hay indicios de ese algo? Así han probado el bosón de Higgs, no porque lo hayan "visto" sino porque su existencia presupone, de acuerdo a cálculos, el encontrar cierto tipo de rastros tras un evento inducido; encuentran los rastros, queda probado. El problema de la religión y la ciencia en cuanto al tema de Dios es que ambas lo afirman y lo niegan considerándolo un Algo, una entidad. Esto, desde mi punto de vista, es la mayor de las necedades pues se contrapone tal presupuesto a la postulación del concepto, es decir, el atributo "ser entidad" se contrapone al resto de atributos asoc

21 principios (transformación)

Transformación. Acción y efecto de que algo cambie o sea distinto, pero sin alterar totalmente todas sus características esenciales. No somos los mismos que ayer, pero eso no quiere decir que seamos otros. El budismo en su total lucidez tiene a la base la comprensión de la impermanencia de todo, de la realidad (aquí no sólo estamos hablando de las cosas, del mundo físico, sino también de las ideas, los sentimientos, los modos en los que una cosa se presenta e inclusive el tiempo —no entendido como una sucesión de momentos, sino más bien como la forma en que se temporiza, la forma en como los tres éxtasis temporales se modifican el uno al otro— pues el pasado también es impermanente.) La idea de la impermanencia nos puede causar alivio o ansiedad según la estemos pasando muy mal o la estemos pasando fenomenal, la respuesta emocional sólo es una interpretación en la que nuestra identidad marca la pauta. El punto es que no todo está dicho definitivamente, los eventos dejan siempre s

Del ser (Sein) y del ser-ahí (Da-sein)

Empecemos por decir que este texto en modo alguno pretende ser riguroso, primeramente porque ni tengo todo el conocimiento, ni es el ánimo de este blog en su conjunto proveer de citas filosóficas para el uso de filósofos. La cuestión que me trae aquí hoy no es una cuestión que sólo preocupe a metafísicos y ontólogos, es una cuestión que, aunque no esté articulada, emana de la capacidad del ser humano de interrogarse por su propia existencia y, con ello, por la existencia de lo que está ahí junto con él. Es claro que para muchos es más importante cuestionarse sobre cómo hacer tal o cual cosa: ganar dinero, ser exitoso, conseguir el amor, vencer al enemigo, comprarse o no algo, qué ponerse para el día de hoy y toda esa serie de actividades cotidianas en las que entretenemos nuestra existencia para así, inconsciente o conscientemente, evitemos pensar sobre el qué, el por qué y el para qué de nuestras existencias. Supongo que dejar de entretenerse es despertar, porque no creo que sea a

El sentido (meaning), siempre el sentido

Hay una corriente psicológica que se llama logoterapia y se centra en la cuestión del sentido de la vida. La cosa es que siempre hay un sentido aunque ahora no lo conozcamos, puede ser que el sentido ahora sea encontrar ese sentido. Mucho se enfoca en el sentido de los eventos que ya han ocurrido pero hay poco sobre el sentido del ahora para poder seguir con el mañana. La primera vez que leí El hombre en busca de sentido  cuestionaba el que se buscara algún sentido "afuera", en los otros, en la ocupación y que no fuera suficiente la vida por sí misma. ¿Por qué no es suficiente sentido el simplemente vivir? Me parece que no lo entendía entonces. Los seres humanos no nos dedicamos a simplemente vivir justamente por el ejercicio mental que nos hace seres humanos: el recordar, el proyectar y con base en ello crear una identidad que asienta el derecho de estar aquí ahora, esto es, el presente es cuestión de sentido. Un presente sin sentido es una nada, es como estar suspendido

El problema del pensamiento fuera del edificio conceptual riguroso

Bueno, el título suena a algo difícil pero fue la única manera que encontré de introducir lo que he visto últimamente. Empecemos por "pensamiento", que ya de por sí es difícil. El pensamiento es un ejercicio mental que involucra todo lo que somos, es decir, el pensar no se trata puramente de una actividad cerebral como si el cerebro estuviera en una cubeta y no requiriese mas que así mismo para efectuar tal actividad. El pensar es una actividad compleja, involucra la historia del individuo que piensa, su contexto y sus intensiones (que también son producto del pensar). El pensar utiliza la razón, es decir, se vale de una estructura lógica que sigue ciertas pautas que llamamos leyes lógicas, pero usar solamente la razón es quedarse en un nivel especulativo que pronto se resquebrajaría pues la razón necesita de experiencia para sustentarse y seguir avanzando, es decir, seguir construyendo conceptos con los cuales fundamentar otros conceptos. Esto es el edificio conceptual

Como una flor

De vez en vez, desde hace unos años, me sobrecoge la idea de la muerte. Si alguien afligido por ella viniese a mí para encontrar una respuesta, seguramente le diría cosas maravillosas como poner la mirada en lo que tiene ahora mismo: vida. Pero cuando la afligida soy yo misma, la cosa cambia. Pensar —aunque dicen que es justo lo que da origen a los sentimientos— racionalmente en un momento de sobrecogimiento emocional no resuelve la cosa. Creo en lo que dice D.T. Suzuki sobre el conocimiento verdadero: tener experiencia de él, introyectar lo que piensas, ser lo que piensas… o como lo diría la psicología desde la inteligencia emocional: ser coherente, pensar, sentir y actuar de manera alineada. Así que ¿cómo hacer del pensar, que quiere rescatarte de la angustia, el sentir desde dentro una idea (la del instante, la del ahora) como realidad? Porque aunque digamos que la realidad sucede en el ahora, ¿porqué no nos sentimos en ella, en la realidad, ahora? Hoy debo volver al ensayo de

21 principios (persistencia)

Persistencia. Firmeza y constancia en la manera de ser o de obrar. Bueno, este principio hace que la paciencia adquiera un carácter positivo y productivo. Uno no arde en ansias de que las cosas se den pero no se quita el dedo del renglón, mientras esté en uno hacer para lograr lo deseado se hace. Creo que la persistencia es una buena manera de medir que tanto se quiere algo, si sólo es un capricho, si es algo que crees que necesitas o si es algo que en verdad deseas. La cuestión con la persistencia es que puede volverse testarudez si no se aprende durante el proceso. Si las cosas no se dan de una forma, pueden darse de otra. Persistir no es darse de topes una y otra vez esperando que la pared desaparezca. En cuanto al persistir sobre la manera de ser hay que seguir la vía media: ni ser voluble ni ser rígido. Supongo que todo es cuestión de ejercer el pensamiento reflexivo, sentarse a meditar sobre quién es uno y estar dispuesto a cambiar si la manera acostumbrada de ser ya no l

21 principios (paciencia)

Paciencia. Capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse. Calma o tranquilidad para esperar. Parece ser que la paciencia es cosa de santos, cosa de resignados o, peor, cosa de sufridos. Paciencia parece ser la imagen de la mujer ejemplar de los tiempos de mi abuelita en los que se decía que había que aceptar cada quien su cruz. Viéndolo así, no parece que haya nada de bueno en este principio, pero si nos ponemos a pensar en la tendencia actual a quererlo todo para ayer, a quererlo todo ya y rápido, entonces la paciencia adquiere un sentido de contragolpe a una tendencia desquiciante. Pero la paciencia también tiene un carácter de sabiduría cuando el ánimo que la alimenta no es la resignación sino la serenidad desde la que se contempla lo que sucede con el afán de aprender y de ver cómo las cosas que se escapan a nuestro control van moviéndose y desembocando en nuevos escenarios, como un mar agitado q

21 principios (merecimiento)

Merecimiento. Situación de que se le deba una atención a alguien. Pensemos de nuevo hacia adentro: me debo atención a mí mismo. El merecimiento es una consecuencia de honrarnos pues gracias a que me honro sé lo que me corresponde en cada momento, no más, no menos. La atención no la exigimos de los demás, nos la damos a nosotros mismos y justamente por ello sabemos si nos merecemos, o no nos merecemos, continuar una relación: si dejas que alguien te haga menos, tú mismo te estás haciendo menos y eso es justamente lo que te causa dolor y lo que no es fácil perdonar.

21 principios (confianza)

Confianza. Seguridad, especialmente al emprender una acción difícil o comprometida. La realidad, siguiendo el esquema de pensamiento causa-efecto, es causada por múltiples factores; su complejidad nos saca de la posibilidad de preverla aún cuando podamos encontrar algunos patrones en ella, de modo que la realidad no nos puede dar ninguna certeza. Por otro lado, nuestro actuar en la realidad no tiene garantía alguna de alcanzar una finalidad ideada. ¿En qué podemos depositar nuestra confianza entonces? Si la única constante es nuestra existencia en cada una de nuestras experiencias, sólo podemos confiar en que estaremos "ahí" en cada uno de los instantes de nuestra vida. Siempre que emprendamos una acción difícil (o cualquier acción) estaremos conscientes de ello y, por ende, mientras estemos conscientes, tendremos posibilidades de manifestar nuestra naturaleza y conocernos. Cada acción que emprendemos nos da la seguridad de conocernos y esta es mi manera de decir que

Manías y desesperación de una lectora

Venir (porque ahora mismo estoy aquí) a una librería es contradictorio. Es una suerte de ilusión de encontrarme con algún libro fantástico que cambiará mi forma de ver la vida o que me sostendrá por días enteros en una especie de paraíso mental. También es enfrentar la cruda realidad de que jamás podré leer todo lo que quiero, es un recuerdo de mi finitud y mis limitaciones. Rodeo la isla de las novedades y ahí está en pasta dura todo él nuevo y enorme el libro de filosofía japonesa traducido al español. Siglos de sabiduría de un pensar muy distinto a este occidente-lineal-lógico. Ahí está en precio descomunal… y en mi bolsa las copias de un texto de Nishida que aún no puedo terminar. Sufro.  Tanto tiempo perdido en lecturas vacías. ¿Pero cómo saber lo que eran? ¡Habrían de ser probadas! Pero claro que uno podría adivinar lo que eran: deducciones fáciles, relaciones cómodas, nada comprobable. Pero, sin embargo, tan apetitosas para una mente que bordea el sinsentido y que en d

21 principios (gratitud)

Gratitud. Sentimiento de estima y reconocimiento.  Siempre se puede agradecer por las miles de circunstancias que componen tu realidad, desde el Sol, el planeta Tierra y todo el sistema solar que hace posible la vida aquí, hasta el suelo en el que estás parado, el aire que respiras o la capacidad de percatarte de todo lo anterior y más. Pero nada de esto que uno agradezca te llena tanto y te cura tanto como el agradecer ser quien eres tal y como eres . ¿Quién tiene la estima y reconocimiento suficiente para agradecerse? Sin sacar listas de las cualidades que uno cree tener (o que le han dicho que tiene), sentir gratitud por ser sin más es la afirmación más poderosa y libre de ego que uno pueda hacer. Carecer de gratitud por uno mismo le lleva uno a la depresión y a la ansiedad porque uno se somete a la lupa del juicio y a la demanda de cubrir ciertas expectativas fabricadas. Estimarse y reconocerse le lleva a uno a procurarse no como una piedra preciosa inmutable sino como una

21 principios (honrar)

Honrar. Mostrar respeto y consideración hacia una persona. Cuando me dijeron "honrar" yo pensé en mis padres. Claro, la formación católica está arraigada en mí  en niveles que aún no llego a vislumbrar. No es que mis padres no merezcan mi respeto y consideración, porque lo merecen aún y con toda su imperfecta humanidad… o precisamente por ello; lo interesante es lo que viene a la mente de uno sin siquiera reflexionarlo. ¿Por qué no pensé en "honrar-me"? ¿Por qué mi existencia no figuró entre las primeras imágenes al oír la palabra "honrar"? ¿Será que tomo por dada mi existencia? Pensemos en esto: uno no puede dar lo que no tiene. ¿Cómo honrar a alguien más si no muestro respeto y consideración hacia mi persona? ¿Por qué poner en entredicho mi valor mediante medidas sociales? Bueno, es cierto que somos en sociedad, siempre somos-con, pero ser-con no significa ser a partir de la opinión del otro, puedes reflejarte en el otro, pero la opinión que tienes

Cuando pase el temblor

Tengo “miedo” de que pase el temblor. He tenido la oportunidad de haber experimentado dos grandes desastres en la Ciudad de México: 1985 y 2017. Con ellos, sus “antes”, sus “durante” y sus “después”. Del “después” del 2017 aún me falta por saber, pero si es un “después” como el de 1985 no quiero que pase el temblor.  La soberbia y la indiferencia se cultivan en el “antes”. El hombre que se siente dueño de su destino se vive completamente, paradójicamente, a merced de tal destino. El hombre en el “antes” cree que no hay nada que temer y que no hay nada que no pueda conocer; pero este hombre no conoce la humildad. En la ilusión que le hace creer que es dueño de sí, se olvida de sí mismo en sus ocupaciones, en su ajetreada cotidianidad: no hay tiempo para nada más que el repetir una y otra vez su acostumbrado hacer.  Así que estaba yo observando una mañana de domingo de 1985 mi vecindad y era como si todos estuvieran des-almados. Entonces pensé qué se necesitaría para traerl

Sin importar el tema del discurso

Hoy aprendí que no importa de qué se trate lo que dicen, al fondo de un discurso se encuentran las capas que lo sustentan (la lógica es una capa superficial que sólo hace más fácil la comunicación pero no lo es todo) y, en mi experiencia, la gran parte de las cosas que se dicen no tienen espíritu, es decir, las capas que dan sustento están vacías. No importa si es un discurso académico, político, new age, informativo, etc. No importa la fundamentación teórica, la construcción lógica, el lenguaje. Importa la capa de la agenda del que lo comunica, importa la capa de la conexión genuina con todo lo que es. Todo discurso que genera miedo es un discurso falso (que no tiene que ver con la idea de cierto o equivocado), es un discurso desconectado del espíritu, es un discurso que anula llevando al que lo escucha al terreno más estéril e infructuoso donde toda vida (ser) perece. Todo discurso que no abre posibilidades de vida es un discurso vacío.

Lo que quiero creer

Si algo aprendí con mi crisis de depresión y angustia es que: (1) la depresión miente —el miedo y la ansiedad también—, (2) si llevas la razón al extremo llegas al nihilismo, es decir, llegas a pensar que nada tiene sentido, es peligroso quedarse ahí y si quieres seguir la vía de la razón tienes que llevarla al extremo, de modo que ésta queda en entredicho y se ve la falsedad del nihilismo, (3) la depresión entra en juego con la mente, una y otra se retroalimentan —a mayor depresión, mayores pensamientos destructivos; a mayor cantidad y fuerza de los pensamientos destructivos, mayor depresión—, (4) mientras no llegues al resquebrajamiento de la razón o a la desarticulación de la subjetividad que se protege mediante el miedo la vía que queda es sobreponerte a la tendencia de la depresión y del nihilismo es el darle el sentido que quieras a tu vida. De principio puede parecer ridículo llevarte a creer en algo a lo que tu depresión se opone, pero lo cierto es que es lo que crees a tra

Después de tres días de S19 M7.1

En tres días se ha mostrado México en sus esplendores y sus cánceres con los que parecía, hasta ahora (espero que sea hasta ahora ), los mexicanos se habían acostumbrado a vivir. En tres días se mostró que los dirigentes sólo sirven para las poses y los discursos inútiles, que la autoridad muchas veces sólo estorba, que las televisoras enfatizan el drama y crean cuentos para mantener a la gente entretenida, que la gente no piensa y sigue replicando lo que no le consta en un afán de ser parte de lo que sucede, que hay quien se dice ser víctima sin serlo, que los partidos políticos sólo actúan en su propio beneficio, que es una gran mentira que las constructoras sigan altos estándares de construcción, que al momento de tomar responsabilidad los involucrados se deslindan, que no se puede confiar ni en el gobierno ni en las televisoras ni en los fanáticos tuiteros ni en los propios ciudadanos que hambreados como buitres (al igual que los políticos) roban donaciones, que la gente no confí

¿Qué debemos hacer?

"¿Qué debemos hacer?" Así empieza Cuadernos negros (1931-1938)  de Heidegger seguido de otras preguntas que acentúan el carácter de esta primer pregunta: ¿Quiénes somos? ¿Por qué debemos ser? ¿Qué es lo ente? ¿Por qué sucede el ser? Esto es filosofar. Para los grandes filósofos, hacer la pregunta correcta es lo importante porque es lo que conduce el pensamiento y en último caso la acción. Pero saber preguntar no es sólo cosa de filósofos, es cosa de todos si es que queremos plantearnos de frente y sin evasiones lo más digno de ser cuestionado: el sentido de nuestra existencia a partir del quedarnos sin apresuramiento en la cuestión de qué somos. Desde luego, debe ser claro para quien genuinamente se pregunta por qué debe hacer, que respuestas inmediatas de qué somos: por especie, género, edad, clase social y demás clasificaciones, no proporcionan ningún esclarecimiento existencial. Ninguna respuesta dada por ninguna autoridad en tema alguno debiera ser tomada como respues

Mírame

"¡Mírame!" es el clamor de quien se siente sólo, muy solo, tan sólo que no sabe quién es porque ni siquiera ha aprendido a mirarse a sí mismo. "Mírame" pide el alma y el yo va corriendo a gritarlo a los cuatro vientos. Entre más grita el yo , menos lo ven. Y cuando dejas que el yo  se rinda y pare de pedir lo que él mismo no se puede dar, cuando te das cuenta de cuánto has hecho para que te volteen a ver y paras, recuperas energía y te das cuenta de ti como alguien que está aquí y que no le ha sido concedida la inmortalidad, de modo que dejas de ignorarte, te sientas a escucharte y comienzas a mirarte. Nada ha pasado, las circunstancias siguen siendo prácticamente las mismas, pero la cotidianidad adquiere un sabor extra-especial y todo tiene un sentido especial simplemente porque está ahí y tu estás siendo testigo de como te llena ese estar del viento, del frío, del verde de la planta de la terraza, de la música que se esparce en todo lo que ves y vuelve c

La ley de la atracción

Sigamos con la idea del post anterior: el hombre está enfermo. ¿La prueba? Los números de las ventas de El Secreto y de los seguidores de Esther Hicks, además del consumismo ilimitado de los pudientes y también de los no pudientes. La gente no está satisfecha, la gente quiere lo que no tiene y lo quiere ya. Los rituales de abundancia, las técnicas para aplicar la ley de la atracción, las ofertas de fin de temporada… todos buscan al hombre enfermo para quitarle lo que tiene a cambio de una ilusión: la satisfacción obtenida mediante algo que no eres tú. El hombre enfermo busca en lugares lejanos (donde hay luz —léase publicidad, cientificismo, espiritualismo y todos los "ismos"—) lo que se encuentra cerca (donde hay oscuridad —léase en-sí-mismo—) ¿Tiene así este hombre alguna posibilidad de encontrar lo que busca? ¿Es que lo ha perdido o es que más bien lo ignora —porque no hay cosa más fácil de ignorar que lo que nos ha sido dado desde siempre—? El hombre enfermo busca

Esto es lo que hay

Esta es tu situación, esto es lo que hay. Quizá no te guste, quizá no sea suficiente o quizá, simplemente, estás tan acostumbrado en ir en pos de lo que no tienes que ni siquiera te detienes a ver lo que hay. Quieres controlar, dominar. La situación en cambio te muestra que todo es mutable pero tú sólo lo interpretas como está todo por controlarse. El hombre está enfermo de control, ya sea que se torture buscando formas de poner todo bajo su dominio, ya sea que se diga que alguien más tiene que hacerlo porque él es sólo una víctima en el juego de los poderosos. El hombre enfermo toma partido y se casa con la idea de que lo escogido es lo que es él mismo. Poder, voluntad, control, clarificación, dominio, seguridad, garantía, placer perpetuo, engrandecimiento, progreso, solución, fórmula, receta, procedimiento, conocimiento, supremacía, soberanía, razón, certeza… puras quimeras. Los juegos del ego en cualquier ámbito: ciencia, política, arte, espiritualidad… Y, desde luego, sus opu

No sabes lo que tienes…

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido. ¿Cómo nos damos cuenta de lo que tenemos? Para el perdido hará falta una situación límite (de esas en que la vida está amenazada o el mundo en el que ésta está basada se ve peligrosamente alterado). Para el quejoso bastará con la suspensión temporal de su cotidianidad. ¿Pero es que tiene que ser doloroso? No, ahí está el modo de vida mindfulness . La cosa es que el hombre necio no cambia hasta que se ve obligado a hacerlo. Pero el individuo no es necio de manera gratuita, la colectividad le pone la mesa para que éste se sirva.  ¿Quién es el sensato de amar su vida y procurarla por el simple hecho de amarla, es decir, sin tener ninguna expectativa? ¿Quién es el claro de mente, el despierto, que se mira con los ojos bien abiertos y toma responsabilidad de sí mismo? ¿Quién es el iluminado que está consigo sin importar las circunstancias? ¿Quién es el valiente de experimentar para consigo el amor incondicional? Y no es que a la soc

El Carnap que hay en mí

Cuando Heidegger se estaba devanando los sesos por pensar de otra manera porque ya Nietzsche había llegado a la extrema desesperación de ver a dónde se estaba encaminado la humanidad sin darse cuenta que la desesperación lleva a la ética y la ética esencialmente no lleva a ningún lado (palabra de Kierkegaard), se apareció un tal Carnap para ponerlo en su lugar. "Oigame señor Heidegger, lo que usted dice son puras necedades, entiendo que en el arte uno pase de las leyes gramaticales y la lógica, pero usted lo que escribe difícilmente llega a arte. En pocas palabras habla de nada", dijo Carnap. "Exacto señor Carnap, tiene usted razón", contestó Heidegger entre dientes y se dio la media vuelta para ir a escribir entre sus notas que nadie lo entendía. Bueno, tengo un Heidegger y un Carnap en mí. Mi Heidegger brinca y brinca para que lo deje salir, pero mi Carnap es feroz en sus críticas y le dice a mi Heidegger que se deje de tonterías. Aunque Heidegger sabe que l

Reconstruyendo el mundo

El mundo se compone de ideas, creencias y aseveraciones. Unas funcionan como postulados que guían la búsqueda sin que nos apeguemos a ellas, otras son el estandarte con el que nos levantamos y nos ponemos frente al otro aún cuando no tengamos forma de probarlas, también están las que podemos probar dentro de un sistema acordado. Pero en realidad no hay nada certero por siempre y desde siempre. Todo el mundo es un entramado de significaciones construidas a partir del cual nos jugamos la vida.  Si toda mi percepción está guiada desde un entramado construido (no fijo ni eterno ni esencial ni fundamental), ¿por qué no construirse un mundo más amable? Una vez construido un mundo de significaciones con el cual puedo fluir, ¿por qué quiero convencer? ¿Por qué la necesidad (o necedad) de buscar adeptos? ¿Es cuestión siempre de necesitar el acuerdo, la validación, la participación? ¿Se puede tener un mundo propio o eso es sólo cosa de locos? Creo que algunos han optado por el dob

Chopin

Hay algo en la música de Chopin que me conmueve en lo más profundo. Cuando era pequeña solía escuchar los discos de mi papá que incluían algunas melodías que repetía una y otra vez, me acuerdo de Beethoven porque había cierta nitidez, pero quien más me llamaba la atención era Tchaikovsky que era tan potente y desafiante como un viento arremolinado que juega y que intimida. Eso me parecía entonces. Luego entré a la secundaria que llevaba el nombre de Beethoven y me enteré de su vida. Me preguntaba cómo un hombre puede enfrentar semejantes desafíos y dejar de paso algo para todo ser humano, así también lo hicieron van Gogh y Borges. Me preguntaba si para hacer algo como ellos tenías que sufrir y al mismo tiempo desplegar una voluntad indomable que se manifestaba en su arte. El primer filósofo que leí fue Schopenhauer y según entendí entonces, desde su parecer, sí, había que sufrir, ser completamente humano para manifestar el arte como producido por un ángel caído… Ahora recuerdo la

La iluminación

Todo sea como prender un foco, mínimo una vela, aunque más bien necesitaríamos unos reflectores… «A nivel global vivimos tiempos difíciles; el despertar ya no es un lujo ni un ideal, sino algo críticamente necesario.» Pema Chödrön ¿De qué va la iluminación o el despertar? Sin ir muy lejos, quedándonos en lo inmanente, entendiendo un poco esto mediante los planteamientos de Heidegger y del budismo Zen he tratado de hacerme a la idea de qué va el "sólo poder ser salvados por un dios" o el experimentar el satori . Porque según Pema Chödrön, nos urge (yo así lo siento, al menos en mí y para mí me urge la luz). Primero hagamos a un lado el tema de la luz y su inseparable amiga, la oscuridad. Esto no es cuestión de bandos ni de luchas, justamente se trata de no tomar partido —ya estamos hasta el cogote de conflictos—. Me parece que nos hemos puesto del lado de la luz, porque cuando tenemos una idea, cuando resolvemos un problema, cuando descubrimos algo, cuando cream

La vida es imperfecta

…o quizá es lo contrario. La mirada humana que busca la perfección busca simetría, limpieza, líneas definidas, propósito, para qués, sentido, fijación, eternidad… como la creación de una computadora que no se separa de la norma marcada por la fórmula que replica sin cesar.  Lo s árboles crecen asimétricos, algunas de sus ramas están secas mientras otras está verdes verdes. El pasto crece disparejo y el silencio continuamente es interrumpido. Pones los pies en el pasto para sentir su humedad y esa apertura te dispone a sentir el insecto que se posa en tu empeine y te pica.  La perfección no existe… o quizás sí, en todo caso no es la perfección que me enseñaron cuando me regañaban por no hacer la letra redondita y parejita, o por no ser mejor casi al punto de adivinar lo que se espera de mí y entregarlo sin dilación.  Soy como los árboles, asimétrica. Derecha por aquí, chueca por allá. Unas partes secas otras húmedas. No soy ese árbol que cuelga sus ramas al lago ni aqu

La carpeta NMI

Estaba leyendo algo de Alexandre Jollien en el que compartía cómo es que uno puede torturarse con pensamientos catastróficos sin que en ningún caso esos pensamientos resuelvan, aclaren algo o nos calmen. Algunos tenemos la tendencia a sobrepensar, a ver el punto negro, a tratar de anticiparnos a todo lo malo que nos puede suceder. Estas tendencias son autodestructivas; mientras que la mente busca controlar para asegurarse, lo único que hace es autodestruirse. ¿Qué hacer? El primer punto es darse cuenta que esa forma de pensamiento nos está haciendo sentir mal, nos provoca miedo (desde el malestar hasta el pánico). Lo siguiente es preguntarse si seguir pensando sobre el asunto nos va a llevar a resolver efectivamente lo que nos preocupa, nos va a aclarar la situación o nos va a provocar calma; si no es así hay que parar el pensamiento. Ahora, luchar contra los pensamientos negativos no va a hacer que se vayan, al contrario, se van a volver más insistentes porque la lucha, el confl

El oleaje de las emociones

A veces los días son como un estanque de agua donde nada parece moverse, pero quizá sea que uno mantiene la vista fuera del agua y se imagina estar en otro lado. A veces los días son como el oleaje del mar y subes y bajas sin parar de una a otra emoción, pero quizá sólo sea que te has dejado llevar por la corriente de tus pensamientos (creo que Virginia Wolf intento plasmar semejante corriente en su obra Al faro ). A veces hay días en que llueve y llueve y entonces es como si una sola emoción te cayera encima hasta calarte en los huesos, quizá sólo sea que estás en medio de una experiencia llamada situación límite (creo que Jaspers escribió algo al respecto). A veces los días son secos secos como un corazón cerrado y una mente entregada al análisis y a la crítica. A veces en cambio pasa de todo y tu sólo observas curioso con una sonrisa ingenua en los labios (creo que es lo que intentan expresar la esculturas de Buda). Los días en verdad son diversos, sólo que algunas temporada

Qué es vivir

Hoy, vivir es sentir el calor que sube del pavimento, es sentir las gotas de sudor corriendo por mis sienes, es sentir mi piel pegajosa y tener mucha sed. Hoy, es escuchar el motor de una motocicleta que se aleja, escuchar el motor de un avión que pasa, escuchar el tic tac del reloj que está en la pared que tengo a la izquierda, escuchar truenos en el cielo y a un pajarito cantar.  Hoy, es señor el suelo con los pies descalsos, sentir una punzada pasajera y leve en mi dedo índice, sentir como mi perrita se acomoda en mi regazo.  Hoy, es ver como la luz del sol se va apagando, ver las hojas secas de la planta que me regaló mi mamá, ver mis dedos de los pies secos, ver el color frambuesa de mi sillón.  Hoy, es no percibir ningún olor en especial.  Vivir, hoy, es sostener mi celular con las dos manos y escribir lo que es vivir hoy.  Vivir es darme cuenta de mis pensamientos que toman la forma de anhelos, preocupaciones, historias reconstruidas de tiempos pasados.