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Mostrando entradas de noviembre, 2019

Hablar de la iluminación

Me da gusto por fin escuchar en el ámbito académico sobre la iluminación. Estoy en un seminario de filosofía japonesa. Hablar de la iluminación implica la necesidad de ésta y, por tanto, reconocer nuestra humanidad como portadora de sufrimiento, pero también reconocer que la humanidad no es nuestra “última (o primera) naturaleza”. Me da gusto que se hable de la iluminación y que además se le quite el carácter de exclusividad de unos cuantos. La iluminación sólo puede darse desde un estado no iluminado. Ayer se habló de Hönen, de sus 30 años de estudiar sutras buscando la iluminación sin éxito. Su iluminación llegó hasta que su estado psicológico se lo facilitó: estaba desesperado de no poder separarse de sus deseos y apegos y esa desesperación le causaba tristeza, descubrió que él no podía por sí mismo cortar las cadenas del sufrimiento, desde ese estado de desesperación volvió a recorrer los sutras y entonces se iluminó. Hönen había aceptado su estado y se había rendido, además,

Conocer deviniendo

Estamos acostumbrados a acceder al conocimiento a partir de la teoría, es decir, del discurso conceptual. Esta forma de conocer nos separa de lo conocido, lo cual nos ha parecido muy bien en tanto que podemos ser “objetivos”. Lo que no vemos con este modo de conocer es que nos dejamos fuera y al hacer esto, nos privamos del conocimiento de nosotros mismos. Pero conocer no se da solamente de modo teórico, también se da de modo práctico, pero aquí la práctica no tiene que ver con la experimentación metodológica en la que continúa la separación de aquel que lleva a cabo el experimento respecto de aquello con lo que se realiza el experimento. La práctica como conocimiento es el conocer deviniendo, es decir, poniéndose a uno mismo dentro de lo que quiere conocerse. Si uno quiere conocer un árbol, uno debe devenir el árbol. ¿Es esto posible?, pensarán escépticos la gran mayoría. A lo que apunta este tipo de conocimiento es a abolir la separación sujeto-objeto así como la idea del yo como

La naturaleza/vida es difusa

Hace años ya que fui a un congreso de filosofía en la universidad del Estado de México, creo que en ese entonces era mucho más arrojada, tenía menos miedo y estaba motivada de manera casi constante. Me gustaría volver a sentirme así, ahora me vivo con mucho miedo de que todo se vaya al traste en cualquier momento, así que podemos decir que ese miedo de muerte se da la vuelta y se convierte en miedo a la vida. Pero me regreso al congreso, ahí me metí a escuchar una ponencia sobre la Ontología Difusa que estaba sustentada con formulaciones lógicas, pero la cosa no es tan complicada en realidad y se puede decir muy sencillamente que la experiencia de vida, la forma en cómo tenemos experiencia de lo que es, es difusa porque no podemos concebir “realmente” límites en la experiencia. Es como la cuestión del calvo: ¿cuántos pelos se necesitan para no ser calvo? O más tétricamente: ¿cuándo puedes decir que todo lo que compone a una persona (cuerpo, mente, espíritu y lo que gusten) ha muert

Terroristas verbales

Los terroristas verbales son personas que sólo pueden ver su opinión y el fundamento de su opinión como lo más válido o lo mejor. De estas personas que se tachan de súper eruditos, intelectuales, conocedores o autoridades, está lleno el mundo. Estas personas son las que quieren ir corrigiendo al mundo (pues ellos saben mejor qué le conviene al mundo), les encanta ir señalando faltas, burlarse de la supuesta ignorancia del otro, desplegar su amplísimo conocimiento a la menor provocación, demeritar el razonamiento de los demás y, cuando tienen la oportunidad, dilapidar públicamente a quien muestre la menor debilidad argumentativa. Cuando me hicieron la entrevista para entrar a la maestría me preguntaron qué le contestaría yo a Carnap respecto de la crítica dilapidaría sobre el pensar de Heidegger, sobre su estilo y específicamente sobre la nada. El doctor que me hizo la pregunta aseveró que Heidegger nunca le contestó a Carnap. Por ese entonces no había leído mucho a Heidegger, la