Tengo calor, tengo una ampolla en el dedo chiquito del pie derecho (es que parece que ya no puedo usar zapatos… nunca brillaré en sociedad). Pero eso poco importa frente a mi desesperación: me siento un caso perdido; es que no sé qué hacer conmigo. Sé que este estado de auto-conmiseración a nadie importa, a nadie entretiene. Ofrezco mis disculpas por venir a ventilar lo que debería estar platicando con algún buen amigo, frente a una copa de vino tinto. O a falta de un buen amigo, un terapeuta. Pero no llego a mi terapia del lunes, así que aquí estoy. Estoy pensando cómo hacer de esto que me pasa, algo útil para alguien. ¿Quién soy yo? ¿Cuáles son mis credenciales? He hecho esto, he recibido aquello, he estado allá, aquí están "mis papeles"… ¿qué me da derecho a hablar, a opinar? ¿Qué talento tengo? Ya sé, ya sé (y se lo diría yo misma a cualquiera con absoluta certeza) que todos tenemos un don, todos importamos, todos valemos, todos sin excepción. Ya sé que no podemos depende
"A soul in tension that's learning to fly" —Pink Floyd