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Mostrando entradas de noviembre, 2018

¿A dónde va el viento cuando no sopla?

Si algo entendí en la primaria es que a veces uno no quiere respuestas que clarifiquen sino poemas que calmen desde un lugar inusual que puede mágicamente restablecerlo todo. Y luego todavía hay gente que pregunta: ¿y para qué poetas?…(o filósofos) Poeta. Expresar sin hacer. El desplegar que en sí mismo no sirve a nadie. No entretener, no divagar, no perderse… encontrarse. ¿Quién? Nadie. Nada. Todo. Porque la existencia es más de lo que se puede ver, no porque falten ojos o tiempo.  Soltar de una vez por todas lo ya dado. Quitar la mirada de la fotografía (buscando, reteniendo, recordando, re-presentando). Esperar sin esperar. Querer sin querer. Recibir sin pedir. Soltar sin despreciar. Mirar sin buscar. Re-situarnos en ningún lado. Inaugurar sin decidir qué. ¿Nostalgia? Este es el texto de la primaria: ¿Qué hace el viento cuando no sopla?

Ekam Enlightenment Festival

Pues me llego la información de un festival de la iluminación —sí, así como suena— en la India que tendrá lugar este próximo diciembre, por si alguien no sabe que hacer con su tiempo o su dinero o está falto de cariño a sí mismo (no es ironía, bueno sí, algo). Como me interesa en extremo los temas que tocan la iluminación he decidido dedicarle un rato a eso que vende el festival —primero porque he estado en los lugares más oscuros de mi mente, luego porque trasciende la psicología y nos adentra al "lugar" en el que el hombre se experimenta, y finalmente porque estuve hace tiempo estudiando filosofía japonesa y es en extremo interesante cómo ese "lugar" ha sido tema filosófico a lo largo y ancho del mundo e incluso la literatura lo ha abordado, por ejemplo Murakami llega a acercarse misteriosamente a él en su Kafka en la orilla —. Sí, la iluminación es un tema apasionante. ¿Es una cuestión espiritual? Antes de siquiera plantearlo, habríamos de entender qué es e

Amarillo en la punta de los dedos

Click, click, click, se oye quedito como un teclado está siendo acariciado por la punta de unos dedos amarillos. Amarillo. Pareciera que es medio día de junio y no la mañana de un día de noviembre que ha despertado muy temprano a los vecinos. Por el amarillo se cuelan las letras como si cayeran hojuelas de una caja de cereal. Click, click. Caen las letras en la blanca página y se hacen trenecitos largos y cortitos uno tras otro en caravana migrante dispuesta a conocer el mundo. Cri-crí nunca se imaginó un desfile más largo, sólo pudo ver cinco letras formadas en una suerte de ingenuo debut en lo vasto del sonido. Las letras se han aliado formando distintas organizaciones y vienen por todo, saben bien que sin ellas no hay mundo. Y mundo, esto ellas no lo saben, sólo crece en tierra fértil. Fuera de la tierra las letras sólo forman palabras vacías de sonido estridente. El que grita no tiene nada qué decir. Click... click... deténganse, ya hemos dicho algo.