Cuando pensamos en la tradición, comúnmente pensamos en festividades y costumbres que la mayor de las veces poco tienen sentido ya. Una posada, por ejemplo, poco importa a quien ya no practica el catolicismo y/o no gusta de las concurrencias en las que la gente se oculta para embriagarse o sacar a flote pulsiones. Pero en las tradiciones también encontramos valores perdidos, gracias a lo cual se ha podido hacer negocio. Hoy quiero traer aquí delante un valor perdido: el honor. El honor es fuente de confianza y calma ansiedades. Poco ya honramos nuestra palabra. Para muchos la palabra, la promesa hablada, de alguien, poco importa; tan poco importa que ya hay todo un negocio de avales, así que ya no tenemos ni que preocuparnos por cumplir lo que decimos. Ante la falta de honor a lo que uno se compromete, hay contratos que te obligarán a cumplir cuando tienes poca voluntad en hacerlo. En un mundo en el que no se honra lo que dice, crece la sospecha y la confianza recibe un golpe d
"A soul in tension that's learning to fly" —Pink Floyd