Una plática en un camino de bosque
Esta mañana fui al bosque para caminar largo y tendido con mi vieja amiga. Antes de encontrarme con ella iba pensando en esta cosa curiosa que es la vida de un humano.
¿De qué se trata la vida?, me preguntaba y dejaba pasar de largo el camino mismo. Iba simplemente perdida en mis pensamientos aún cuando sé que los pensamientos nunca te dirán de qué va la vida, por que, cómo podrían si lo único que hacen es buscarle un sentido a lo que recuerdas que has vivido… y cierto es que nuestro recuerdos presentan un sesgo.
Así que, en mi divagar, una palabra clave, escuchada por casualidad, me sacó del pensar: vino.
Interrumpí todo pensar para poner atención a un diálogo que se daba a mis espaldas.
—¡Ah! ¡Cómo se antoja un buen vino y un plato de lentejas!
—¡Ja!
—Bueno, mucho se dice del vino chileno, pero ¿tú que opinas? ¿es bueno?
—Bueno, mira, yo en 1982 hice un viaje a Londres para conocer a mi abuelo. Esos tiempos no eran fáciles, hacía poco que había fallecido mi hijo y también tenía poco que había fallecido una tía de mi abuelo… Cuando llegué a su casa me ofreció que tomáramos un vino que le habían regalado en una visita… Era un vino chileno de los 50's y hacía tiempo que lo tenía guardado. Mi abuelo me dijo, "qué, ¿nos lo tomamos? No sé si esté bueno en realidad, lo tengo desde hace mucho tiempo, a lo mejor nos sabe malísimo". Yo, por supuesto que le dije que sí. ¡Qué buen vino! Espectacular, era una lástima que sólo tuviéramos una sola botella…
Disminuí el paso para que los que tenían semejante diálogo me pasaran. Me sorprendió verlos, dos hombres de la tercera edad cuyo andar y ánimo me hicieron percibirlos completamente enteros.
Así que en la vida te pasa de todo. Sufres grandes pérdidas pero también tienes momentos memorables que pueden ser tan simples y gratificantes como compartir una botella de vino de la que no sabes qué esperar. Y pasa el tiempo y compartes con tus amigos en turno lo vivido… y sin saberlo le entregas un regalo a una desconocida que atenta escucha y aprende.
La vida se va haciendo, no se planea ni se decide quién será uno. Uno es lo que es con todo lo que es; luego de lo cual se hacen recuerdos que esperan la oportunidad a ser compartidos.
¿De qué se trata la vida?, me preguntaba y dejaba pasar de largo el camino mismo. Iba simplemente perdida en mis pensamientos aún cuando sé que los pensamientos nunca te dirán de qué va la vida, por que, cómo podrían si lo único que hacen es buscarle un sentido a lo que recuerdas que has vivido… y cierto es que nuestro recuerdos presentan un sesgo.
Así que, en mi divagar, una palabra clave, escuchada por casualidad, me sacó del pensar: vino.
Interrumpí todo pensar para poner atención a un diálogo que se daba a mis espaldas.
—¡Ah! ¡Cómo se antoja un buen vino y un plato de lentejas!
—¡Ja!
—Bueno, mucho se dice del vino chileno, pero ¿tú que opinas? ¿es bueno?
—Bueno, mira, yo en 1982 hice un viaje a Londres para conocer a mi abuelo. Esos tiempos no eran fáciles, hacía poco que había fallecido mi hijo y también tenía poco que había fallecido una tía de mi abuelo… Cuando llegué a su casa me ofreció que tomáramos un vino que le habían regalado en una visita… Era un vino chileno de los 50's y hacía tiempo que lo tenía guardado. Mi abuelo me dijo, "qué, ¿nos lo tomamos? No sé si esté bueno en realidad, lo tengo desde hace mucho tiempo, a lo mejor nos sabe malísimo". Yo, por supuesto que le dije que sí. ¡Qué buen vino! Espectacular, era una lástima que sólo tuviéramos una sola botella…
Disminuí el paso para que los que tenían semejante diálogo me pasaran. Me sorprendió verlos, dos hombres de la tercera edad cuyo andar y ánimo me hicieron percibirlos completamente enteros.
Así que en la vida te pasa de todo. Sufres grandes pérdidas pero también tienes momentos memorables que pueden ser tan simples y gratificantes como compartir una botella de vino de la que no sabes qué esperar. Y pasa el tiempo y compartes con tus amigos en turno lo vivido… y sin saberlo le entregas un regalo a una desconocida que atenta escucha y aprende.
La vida se va haciendo, no se planea ni se decide quién será uno. Uno es lo que es con todo lo que es; luego de lo cual se hacen recuerdos que esperan la oportunidad a ser compartidos.
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