Esto es lo que hay
Esta es tu situación, esto es lo que hay. Quizá no te guste, quizá no sea suficiente o quizá, simplemente, estás tan acostumbrado en ir en pos de lo que no tienes que ni siquiera te detienes a ver lo que hay.
Quieres controlar, dominar. La situación en cambio te muestra que todo es mutable pero tú sólo lo interpretas como está todo por controlarse. El hombre está enfermo de control, ya sea que se torture buscando formas de poner todo bajo su dominio, ya sea que se diga que alguien más tiene que hacerlo porque él es sólo una víctima en el juego de los poderosos. El hombre enfermo toma partido y se casa con la idea de que lo escogido es lo que es él mismo.
Poder, voluntad, control, clarificación, dominio, seguridad, garantía, placer perpetuo, engrandecimiento, progreso, solución, fórmula, receta, procedimiento, conocimiento, supremacía, soberanía, razón, certeza… puras quimeras. Los juegos del ego en cualquier ámbito: ciencia, política, arte, espiritualidad… Y, desde luego, sus opuestos porque el ego no es ego sin opuestos, sin oponentes.
El deseo de algo implica que ese algo no se tiene o está por acabarse. El deseo de algo implica también el deseo de aquello que sustenta lo deseado. El deseo de solución implica, por ejemplo, que no se tiene la solución y que para tener la solución se necesita además el problema a resolver. Todo dominio implica un dominado, un oponente permanente sobre lo cual dominar: si quieres dominar quieres también al oponente. Desear la luz es desear la oscuridad que le da sentido a esa luz. Desear ayudar implica desear la existencia de alguien que tenga que ser ayudado. Una cosa es perfilarse y perfilar al mundo conforme a deseos y otra actuar con lo que hay, aprender lo que ello nos hace sentir y dejarlo ir para seguir con la experiencia nueva que llega.
Me había olvidado que detrás de todo esto está el miedo a sentir porque ya se tienen clasificaciones e interpretaciones de las sensaciones. No se puede filtrar lo que se siente, o se siente todo o no se siente nada… y cuando no se siente nada, ahí anda uno provocándose emociones artificiosamente y con ellas se siente muy cómodo porque las controla… hasta que se vuelve adicto a ellas.
Esto es lo que hay: gente, situaciones, requerimientos. Sólo eso, lo demás son interpretaciones.
Quieres controlar, dominar. La situación en cambio te muestra que todo es mutable pero tú sólo lo interpretas como está todo por controlarse. El hombre está enfermo de control, ya sea que se torture buscando formas de poner todo bajo su dominio, ya sea que se diga que alguien más tiene que hacerlo porque él es sólo una víctima en el juego de los poderosos. El hombre enfermo toma partido y se casa con la idea de que lo escogido es lo que es él mismo.
Poder, voluntad, control, clarificación, dominio, seguridad, garantía, placer perpetuo, engrandecimiento, progreso, solución, fórmula, receta, procedimiento, conocimiento, supremacía, soberanía, razón, certeza… puras quimeras. Los juegos del ego en cualquier ámbito: ciencia, política, arte, espiritualidad… Y, desde luego, sus opuestos porque el ego no es ego sin opuestos, sin oponentes.
El deseo de algo implica que ese algo no se tiene o está por acabarse. El deseo de algo implica también el deseo de aquello que sustenta lo deseado. El deseo de solución implica, por ejemplo, que no se tiene la solución y que para tener la solución se necesita además el problema a resolver. Todo dominio implica un dominado, un oponente permanente sobre lo cual dominar: si quieres dominar quieres también al oponente. Desear la luz es desear la oscuridad que le da sentido a esa luz. Desear ayudar implica desear la existencia de alguien que tenga que ser ayudado. Una cosa es perfilarse y perfilar al mundo conforme a deseos y otra actuar con lo que hay, aprender lo que ello nos hace sentir y dejarlo ir para seguir con la experiencia nueva que llega.
Me había olvidado que detrás de todo esto está el miedo a sentir porque ya se tienen clasificaciones e interpretaciones de las sensaciones. No se puede filtrar lo que se siente, o se siente todo o no se siente nada… y cuando no se siente nada, ahí anda uno provocándose emociones artificiosamente y con ellas se siente muy cómodo porque las controla… hasta que se vuelve adicto a ellas.
Esto es lo que hay: gente, situaciones, requerimientos. Sólo eso, lo demás son interpretaciones.
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