Råsundastadion

Yo sólo conocía el Estadio Azteca y el estadio de la UNAM, así que cuando vi por dentro el estadio de Estocolmo (Råsunda) pues se me hizo como muy simpático, como ingenuo; no sé si porque es pequeño o porque su estructura se siente frágil o porque la gente se encuentra en santa paz aplaudiendo y echando porras sin que uno sienta el inminente peligro.

Los asientos numerados. No hay vendedores de Corona, ni de pizzas, ni papas, churritos, cueritos, ni nada. Tampoco está la venta de enormes banderas ni playeras del recuerdo, tan sólo unas pequeñas banderas suecas.

La porra del equipo visitante: encerrada en un bloque haciendo mucho ruido. La dinámica de las porras consiste en gritar algo (con tonada) que luego contestan los de enfrente.

El frío incrementándose. Hubiera querido gritar: "júntense, júntense" pero ni quien me entendiera.