No es mi intensión relatarles el discurso del ahora nuevo presidente de Estados Unidos de América, para eso están los diferentes medios informativos.
¿Qué quiero entonces?
La vida de las personas se va marcando por una serie de acontecimientos, algunos los olvidamos y otros permanecen como referencia incluso de una época. Esta época es una época ciertamente de cambios y grandes retos, no lo sé si para todos pero al menos para el mundo en general y para mí en lo particular sí lo es. El fin de año recibí cierta información durante una meditación (no se crean que del más allá, nop, fue de la persona que guiaba la meditación) y me pareció tan cierta para mi vida personal que la hice muy mía: este es el momento de hacerse responsable de lo que se piensa, de lo que se siente y de lo que se dice (o se calla).
El día del discurso de Obama como presidente me recordará muchas cosas, me acordaré que Obama igual habló de responsabilidades, me acordaré de la esperanza que hay en los momentos difíciles.
Los políticos se distinguen por lanzar promesas al aire que no serán cumplidas (al menos esa es la historia de los políticos mexicanos), si Obama es congruente, se hará responsable de cada una de las palabras que dijo. Estados Unidos de América es el país más poderoso y ese es un peligro porque si se hunde, nos hundimos todos sus allegados, tanto así le hemos otorgado el poder, tanto así deberíamos exigir. El poder no es gratis, exige una responsabilidad.
Obama el día de hoy dio clase de cómo se hace un discurso, él es en verdad un buen orador, sin tonos melodramáticos que parodian mil y un oradores delante de su público. México, mi México tan lejos está de ese nivel de profesionalidad. Por ahí algunos buenos oradores mexicanos que tan sólo saben hablar pero que de hechos y concreción no saben nada. Hay que tener palabra y hay que darle valor a la palabra porque ese valor es el valor de uno mismo.
¿Qué quiero entonces?
La vida de las personas se va marcando por una serie de acontecimientos, algunos los olvidamos y otros permanecen como referencia incluso de una época. Esta época es una época ciertamente de cambios y grandes retos, no lo sé si para todos pero al menos para el mundo en general y para mí en lo particular sí lo es. El fin de año recibí cierta información durante una meditación (no se crean que del más allá, nop, fue de la persona que guiaba la meditación) y me pareció tan cierta para mi vida personal que la hice muy mía: este es el momento de hacerse responsable de lo que se piensa, de lo que se siente y de lo que se dice (o se calla).
El día del discurso de Obama como presidente me recordará muchas cosas, me acordaré que Obama igual habló de responsabilidades, me acordaré de la esperanza que hay en los momentos difíciles.
Los políticos se distinguen por lanzar promesas al aire que no serán cumplidas (al menos esa es la historia de los políticos mexicanos), si Obama es congruente, se hará responsable de cada una de las palabras que dijo. Estados Unidos de América es el país más poderoso y ese es un peligro porque si se hunde, nos hundimos todos sus allegados, tanto así le hemos otorgado el poder, tanto así deberíamos exigir. El poder no es gratis, exige una responsabilidad.
Obama el día de hoy dio clase de cómo se hace un discurso, él es en verdad un buen orador, sin tonos melodramáticos que parodian mil y un oradores delante de su público. México, mi México tan lejos está de ese nivel de profesionalidad. Por ahí algunos buenos oradores mexicanos que tan sólo saben hablar pero que de hechos y concreción no saben nada. Hay que tener palabra y hay que darle valor a la palabra porque ese valor es el valor de uno mismo.
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