St Paul’s Cathedral
En las escaleras de la Catedral de San Paul se detienen a descansar turistas, en tanto que quienes trabajan por el lugar se sientan en ellas mientras se apresuran un sándwich (mejor comer en las escaleras que frente al monitor al que seguro ya le conocen todas las pecas).
Llegué a esta catedral por estar marcada como un sitio de interés turístico y porque estaba de camino a Covent Garden. Seguí la ruta marcada por la guía de Londres sin encontrar nada particularmente interesante excepto la propia vida apresurada de los londinenses que, vestidos en su mayoría de traje oscuro a rayas, caminaban apresurados o bien se encontraban sentados en algún bar o café pluma en mano continuando su trabajo.
Ya en el lugar me decidí a ver qué había adentro, la puerta de entrada presentaba en letras grandes el siguiente aviso:
¡Ah, qué bien! buenas noticias para una alma descarriada que se ha pasado últimamente preguntando a Dios el porqué tanto sufrimiento en la Tierra, porqué invariablemente queriendo o sin querer le hace uno la vida miserable al de enfrente; este era el momento de la verdad, me apresuré a pasar las puertas y recibir la luz, la buena nueva se desplomó dos pasos adelante cuando descubrí que la entrada al cielo cuesta £10.
Llegué a esta catedral por estar marcada como un sitio de interés turístico y porque estaba de camino a Covent Garden. Seguí la ruta marcada por la guía de Londres sin encontrar nada particularmente interesante excepto la propia vida apresurada de los londinenses que, vestidos en su mayoría de traje oscuro a rayas, caminaban apresurados o bien se encontraban sentados en algún bar o café pluma en mano continuando su trabajo.
Ya en el lugar me decidí a ver qué había adentro, la puerta de entrada presentaba en letras grandes el siguiente aviso:
"This is none other that the house of God this is the gate of heaven"
¡Ah, qué bien! buenas noticias para una alma descarriada que se ha pasado últimamente preguntando a Dios el porqué tanto sufrimiento en la Tierra, porqué invariablemente queriendo o sin querer le hace uno la vida miserable al de enfrente; este era el momento de la verdad, me apresuré a pasar las puertas y recibir la luz, la buena nueva se desplomó dos pasos adelante cuando descubrí que la entrada al cielo cuesta £10.
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