La partida, el pasado 16 de septiembre, del tecladista de Pink Floyd me ha dejado ya sin la ilusión de ver reunidos una vez más (después del Live 8 en 2005) a los miembros de la banda británica que tanto placer auditivo le han dado a mi vida.
65 años son pocos cuando se trata de alguien que ha dado mucho y podría seguir dando al mundo de la música, a ese mundo de donde muchos tomamos la inspiración para alimentar nuestro proceso creativo.
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