Feliz Navidad

Me acuerdo que cuando trabajaba en México se me hacía muy difícil desear Feliz Navidad a través de correos electrónicos porque, pensaba, nunca se sabe si a alguien no le gusta la Navidad o practica otra religión o trae recuerdos de quienes no están. De modo que por pensar en los demás no hacía lo que en verdad sentía.

Ahora que lo pienso, no sé por qué me gusta tanto la Navidad, cuando era niña tuve varias navidades desastrosas, será porque tuve dos o tres navidades que me llenaron de alegría: el frío, el olor a pino, el rojo y el verde, el arreglo personal con más esmero, dormir hasta tarde y no tener que levantar la mesa, despertar todavía más tarde, ir a la mesa a ver qué quedó, comer algo y volver a la cama, ver en la tele programas de navidad (uno tras otro).

Este año he decidido declararme fiel seguidora de las festividades decembrinas, cuales quiera que estas sean, donde quiera que esté. Si no es en México con posadas y piñatas y ponche, será en Suecia con glögg, velas, jul bröd, galletas de jengibre y mucho frío. Como sea hay que hacer lo posible por pasarla a gusto porque sólo se vive una vez.

Feliz Navidad.