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Hoy temprano, como todas las mañanas, me levanté más dormida que despierta para ir a mi clase de sueco. En el baño del departamento, a través de los ductos de ventilación, escuchaba una televisión prendida a alto volumen de donde provenían voces de felicitación y entusiasmo. Me acordé de las elecciones que se celebraron el martes pasado en USA, supuse que eran las palabras de victoria del ganador o de su partido. Presurosa me acerqué a mi computadora, en lugar de ir a un sitio de USA (lo más lógico) busqué en la página web de un periódico mexicano.
Sorpresa, ¿cómo que velaron a Mouriño? no puede ser. Sigo leyendo, "fue un accidente" han anunciado al mundo. No sigo más, se me hace tarde para la escuela.
Suena mi celular, es El Patas, –¿te enteraste? –le pregunto.
–Si, y luego la gente en Las Lomas... –me dice.
–¿Cómo que en Las Lomas?
–Se estrellaron por Reforma.
–¿Qué?, luego leo bien las noticias –me despido presurosa.
Vuelvo de clases. Leo las noticias. Me quedo pensando, ¿cómo pueden estrellarse en plena ciudad? ¿cómo puede tener un accidente de ese tipo el Secretario de Gobernación? Los accidentes pasan, sí, pero qué no revisan bien los aviones del gobierno, y cómo que de pronto así sin avisar, si pedir auxilio ni decir nada a la Torre de Control (luego dicen que sí emite el piloto la alerta 1 min. antes), se estrella un jet.
1200 personas evacuadas, 13 muertos, 40 lesionados, 30 autos quemados. Un jet de gobernación, perdido el Secretario de Gobernación y otros funcionarios como Santiago Vasconcelos. Todo en la noche del 4 de noviembre.
El lugar del accidente es una de las zonas más caras de la Ciudad de México, un lugar de mucha circulación alrededor de las 19:00.
Es un momento difícil, sobretodo para las personas que sólo pasaban por la calle cuando todo ocurrió. Los funcionarios al menos murieron en el cumplimiento de su deber.
Esta es la nota en The Guardian, de la cual me parece interesante este párrafo, donde además se muestra la visión del exterior:
"Most of the mainstream Mexican media have avoided speculation, but the country's long history of official cover-ups will make it difficult to convince many Mexicans that the crash was accidental."
Sorpresa, ¿cómo que velaron a Mouriño? no puede ser. Sigo leyendo, "fue un accidente" han anunciado al mundo. No sigo más, se me hace tarde para la escuela.
Suena mi celular, es El Patas, –¿te enteraste? –le pregunto.
–Si, y luego la gente en Las Lomas... –me dice.
–¿Cómo que en Las Lomas?
–Se estrellaron por Reforma.
–¿Qué?, luego leo bien las noticias –me despido presurosa.
Vuelvo de clases. Leo las noticias. Me quedo pensando, ¿cómo pueden estrellarse en plena ciudad? ¿cómo puede tener un accidente de ese tipo el Secretario de Gobernación? Los accidentes pasan, sí, pero qué no revisan bien los aviones del gobierno, y cómo que de pronto así sin avisar, si pedir auxilio ni decir nada a la Torre de Control (luego dicen que sí emite el piloto la alerta 1 min. antes), se estrella un jet.
1200 personas evacuadas, 13 muertos, 40 lesionados, 30 autos quemados. Un jet de gobernación, perdido el Secretario de Gobernación y otros funcionarios como Santiago Vasconcelos. Todo en la noche del 4 de noviembre.
El lugar del accidente es una de las zonas más caras de la Ciudad de México, un lugar de mucha circulación alrededor de las 19:00.
Es un momento difícil, sobretodo para las personas que sólo pasaban por la calle cuando todo ocurrió. Los funcionarios al menos murieron en el cumplimiento de su deber.
Esta es la nota en The Guardian, de la cual me parece interesante este párrafo, donde además se muestra la visión del exterior:
"Most of the mainstream Mexican media have avoided speculation, but the country's long history of official cover-ups will make it difficult to convince many Mexicans that the crash was accidental."
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