Ya no leo como antes, y lo extraño

Extraño mucho el pasar tiempo con libros. Mi atención se ha disminuido significativamente debido a una sensación de que debería estar haciendo algo más importante, no sé exactamente qué y sin embargo persiste el impulso. Creo que mi abuelita diría que estoy atarantada.

Tampoco hago mucha escritura creativa ni atento a mis blogs, en parte porque no se me ocurre qué escribir.

Así que, me extraño a mí misma.

Hace unos meses comencé a leer Ana Karenina de Tolstoi. No lo acabé. Antes terminaba un libro aunque no me gustara… todo empezó con Bolaño, su compendio de cuentos fue el primer libro que dejé de leer y, además, lo fui a intercambiar a un estante de una cafetería por uno de Saramago (que tampoco he leído). Respecto a Ana Karenina, no es que no me gustara, es que tengo el síndrome ese que tanto criticaba: el de los lectores que buscan un libro que los atrape o que los enganche.

Extraño esa yo que leía con avidez y se metía a la historia al punto de sufrir con el personaje. Creo que tenía 25 años cuando leí Anhelo de vivir y El pájaro espino, ese par lo leí uno tras otro y hasta me sudaban las manos. También recuerdo haber leído, por esa época y con ese gusto, Primavera con una esquina rota. 

Mi primer lectura de un libro completo en ingles inició con Harry Potter, justo en la época que estaban siendo escritos. Esperaba con avidez su liberación y los compraba en Amazon UK.Luego me acompañó la serie de Crepúsculo. ¡Dios, leía hasta la madrugada!. Entre Potter y los Cullen descubrí a Stig Dagerman y a August Strindberg. Tengo registrado que leí 35 libros en tiempo, seguro leí más.  

Entonces comencé a leer filosofía por varios años. Y leía mucho.

Tuve la suerte de llevar un club de lectura. Leía un libro por semana. Era genial.

Y luego, ya no.

He escuchado audiolibros, varios. Es más barato y me acompañan en mis largos trayectos, cuando no puedo hacer más nada. Ahora quiero desesperadamente tener en mis manos un libro que me enganche. Quiero viajar a otro mundo.