Del arte del "I'am done"

Hay un capítulo de Seinfield que me viene muy bien ahora. Me acordé ya tarde, el daño está hecho.

La cosa es saber cuando dejar de decir lo que se está diciendo (o dejar de hacer lo que se está haciendo) porque al reiterar sobre el punto, en lugar de mejorarlo se le empeora.

Un chiste es bueno porque corta en el punto exacto, explicarlo le corta todo el ritmo, lo agota, lo acaba, deja de ser chiste. Lo mismo una petición: si ya te la compraron a la primera, ¿para qué insistes? ¿Para qué dar la oportunidad de que se arrepientan?

No detenerse en el momento justo nos hace perder el momento.

Se dice fácil, la idiotez la comete uno una y otra vez. 

I'm done.

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