La elegante neblina

Cae suave la lluvia por Estocolmo, la temperatura baja tan sólo un poco más. La neblina difumina la silueta de los viejos edificios que orgullosos siguen emitiendo su vibrante color.

Las praderas se van poblando de hongos que tranzan peculiares siluetas sin querer decir con esto nada en especial. La naturaleza simplemente ha deseado cambiar de traje y nos invita a seguir su ejemplo.

Se va el lino y llega la pana. Las mangas crecen y los colores se van tostando.

Es el escenario perfecto para darse un beso debajo de un árbol si tienes con quien o para leer poemas al lado de una taza de chocolate caliente y calentar así el corazón.

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