Domingo

Con todo el domingo por delante, estoy en mi cama con frío, flojera y cansancio. 

Había planeado ir a caminar o correr, había planeado ir a cortarme el cabello (parece que la estética no está abierta, no contestan). 

Me había sentado en mi escritorio, mis párpados me pesaban.

Leí un poco pensando que me quedaría dormida. No fue así.

Se me ocurrió algo y en lo que fui al baño se me olvido. Iba a escribir sobre algo. 

Anoche soñé algo que me llamó la atención, en la madrugada me pregunté si tenía algún significado simbólico. Horas más tarde, al despertar de nuevo, ya no pude recordar de qué iba la cosa.

Se me ha antojado comer pizza. No sé si lo haré. Una parte de mí dice que debería ir a correr si quiero comer pizza. Aún puedo ir a correr al bosque. Estoy juntando ánimo. Si fuera a correr se me quitaría el frío y la flojera. Mañana no está abierto el bosque, así que ir hoy sería una buena idea (me estoy convenciendo).

Ayer corté las hojas de las cúrcumas que tengo plantadas entre las lavandas, las lluvias de las semanas anteriores picaron sus hojas largas y comenzaron a secarse. Hoy podría transplantar el árbol de la abundancia que tengo mirando hacia el patio de los vecinos. Mi cafeto tiene hijitos, podría ponerlos en una maceta aparte.

Acaba de salir el solecito. Quizá si que sea buena idea ir a trotar como que no quiere la cosa.

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