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O… o… Ni… ni… Tránsitos fuera del dualismo

Ayer una amiga puso una pregunta en su muro: ¿Qué es primero, la carne o el alma?

La pregunta fue rápidamente contestada por fanáticos de la ciencia y fanáticos de la religión. Ambos bandos mostrando sus armas más preciadas: el método científico y la biblia. Desde luego, así no hay diálogo posible. Desde la cerrazón sólo se da el ataque de bandos que firmemente creen (ambos los pro-ciencia y los pro-católicos) en el sistema que sustenta su psique.

No es cuestión de ponerse de un lado o del otro, de decidir qué lado es "mejor". Un científico o un religioso bien puede ponerse en el lugar del otro y tratar de entender su posición. Un fanático jamás podrá abrirse a otras perspectivas.

No hay determinaciones absolutas, toda determinación se suscribe a una forma de ver el mundo. Cada perspectiva del mundo tiene su ámbito de acción, el problema está cuando se quiere traspasar su ámbito y querer comprenderlo todo utilizando con extrema rigidez las herramientas que nacieron para un ámbito concreto.

Ni el método científico, ni la biblia son fuentes de la verdad absoluta. La verdad absoluta, por usar un nombre que apunte a "aquello" que sostiene las diferentes realidades (que, dicho sea de paso, no significa la suma de todas las realidades) no puede ser abarcado por una herramienta, idea, libro, creencia, teoría, modelo, etc. que emerge desde una perspectiva concreta.

La pregunta de mi amiga implica una perspectiva dualista —la creencia de que hay dos ámbitos distintos y la consecuencia de que lo que se declara como existente deriva en algo objetivo— y por tanto se anula a sí misma.

La pregunta postula la existencia de dos cosas que pueden diferenciarse y analizarse por separado. La pregunta señala, ya de entrada, "verdad" a la carne (cuerpo, materia) y al alma (consciencia, no-materia). La pregunta busca o aplicar el razonamiento objetivo demostrable-medible o aplicar el acto de fe o —permítanme introducir una tercera e interesante posibilidad— aplicar la intuición sobre experiencias no objetivas que se circunscriben al espinoso tema de la consciencia que históricamente nace con la problemática de materialismo dualista que comprende la conciencia como una acción emergente de alto nivel del cuerpo.

Qué tal si planteamos estas preguntas: ¿Y si cuerpo y alma son distintas experiencias de lo mismo? ¿Y si "lo mismo", esto es, la mismidad no puede ser apercibida (es inaprehensible)? ¿Y si somos, como todo lo que es, esencialmente-primeramente, mismidad?

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