Toast Skagen
A mí, la verdad, me gusta comer.
Si he de conocer un lugar, me gusta hacerlo en varias vías: su forma de relacionarse con el mundo, sus creencias, sus fortalezas, su comida. Me gustaría decir que el arte, pero decirlo así es decirlo de una forma fuerte; generalmente el arte en general no me entra, debo confesar, sólo un tipo de arte el que resuena conmigo y expresa lo que no puedo expresar yo misma. La literatura es un arte, los suecos, los que he leído, lo hacen de una manera que se siente intensa y al mismo tiempo dulce, eso me parece. Y hay palabras, todas las culturas tienen sus propias palabras si equivalente literal a otro idioma. Descubrir esas palabras me trae felicidad. La comida, la comida es inmediata. Amo la comida.
Hay un plato que había visto varias veces y que no había intentado comérnoslo antes por anteponerle a él la palabra colesterol. Esa palabra me cerró el apetito por las quesadilla de sesos. Pero no podía dejar a un lado la experiencia del Toast Skagenm: camarones, mayonesa, eneldo y caviar de kalix.
Entonces, si había de probar uno, sería en un lugar especial y para mí ese lugar es el mercado de Östermalm. Tanta gente comiendo tan feliz y los productos ahí reluciendo de bonitos.
No es una comida ligera, aunque lo parece. Creo que ninguna comida sueca tradicional es. Hay frío y hay que caminar. Así que después de mi Toast Skagen, a caminar y sonreír todo el camino.
Si he de conocer un lugar, me gusta hacerlo en varias vías: su forma de relacionarse con el mundo, sus creencias, sus fortalezas, su comida. Me gustaría decir que el arte, pero decirlo así es decirlo de una forma fuerte; generalmente el arte en general no me entra, debo confesar, sólo un tipo de arte el que resuena conmigo y expresa lo que no puedo expresar yo misma. La literatura es un arte, los suecos, los que he leído, lo hacen de una manera que se siente intensa y al mismo tiempo dulce, eso me parece. Y hay palabras, todas las culturas tienen sus propias palabras si equivalente literal a otro idioma. Descubrir esas palabras me trae felicidad. La comida, la comida es inmediata. Amo la comida.
Hay un plato que había visto varias veces y que no había intentado comérnoslo antes por anteponerle a él la palabra colesterol. Esa palabra me cerró el apetito por las quesadilla de sesos. Pero no podía dejar a un lado la experiencia del Toast Skagenm: camarones, mayonesa, eneldo y caviar de kalix.
Entonces, si había de probar uno, sería en un lugar especial y para mí ese lugar es el mercado de Östermalm. Tanta gente comiendo tan feliz y los productos ahí reluciendo de bonitos.
No es una comida ligera, aunque lo parece. Creo que ninguna comida sueca tradicional es. Hay frío y hay que caminar. Así que después de mi Toast Skagen, a caminar y sonreír todo el camino.
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