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La diferencia en el modo de hacer

Si la cosa no es hacer por hacer, sino estar vivo mientras se hace porque a muchos les da por hacer en automático cual robotitos sin alma. Hacer gelatinas por mucho tiempo puede llevarte a la mentada "zona de confort", o automatitis, o bien puede llevarte a desarrollarte, es decir, a alimentar tu existencia. ¿Cómo?

El primer día que aprendiste a hacer gelatina, estabas ahí con toda tu atención. Luego, las siguientes ocasiones que preparaste la gelatina, empezabas a ganar experiencia, confianza. Sí te gustó la experiencia, las siguientes ocasiones quizá experimentaste en hacerlo diferente. Todas estas formas de hacer te desarrollan y nunca te llevan a la mentada "zona de confort", pues estás enriqueciendo tu existencia (aunque los demás vean que sólo haces gelatinas).

Pero supongamos que de tanto hacer gelatinas, le pierdes el gusto y ya las haces con los ojos cerrados. Cuando llegas a ese estado, en lugar de crecer, involucionas, te atrofias. Si alguien te dice de lo extraordinario que es hacer gelatinas quizá pienses: "pobre tipo", "¿qué tiene de grandioso hacer gelatinas?", "las gelatinas X" y cosas así que reflejan tu gran ignorancia y rigidez. Aquí es donde se prende el foco rojo y tienes que aceptar que lo de las gelatinas no es lo tuyo en este momento y cambiar a otra cosa, encontrar la forma de volver a vivir mientras haces gelatinas.

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