Cambio, ¿ahora?
Muchos repetimos como loros, es decir, de dientes para afuera, que el cambio comienza ahora. Todos sabemos que la muerte es una certeza a la vuelta de la esquina y seguimos haciendo de todo por evitar que semejante certeza nos deje con una conciencia al borde del abismo.
Muchos nos damos a la tarea de encadenar correos electrónicos, reenviamos lo que nos llega como si re-vomitáramos una idea bastante manoseada. Y, si alguno lee a conciencia lo que reenvía, al poco rato lo olvida, y si lo recuerda será como quien repite un refrán sin hacer experiencia de ello. Nos gusta el ritmo del sonsonete que nos adormece y nos aparta de lo que no queremos ver.
Queremos cambiar a cierto estado y no hacemos nada que resulte efectivo, tan sólo esperamos a que llegue el fin de año para escribir la lista de propósitos con la misma intención que uno ve un partido de fútbol.
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