Viernes por la tarde

Llueve. Son las seis de la tarde. El agua cae como cortina sobre el musgo y el limonero. 

Empieza mi descanso. Un cuarto de tinto me esperaba al llegar a casa, ahora reposa en la copa. La música es mi compañera, me habla de muchas cosas. Hoy me habla del pasado… suena bien, muy bien. En seguida comienzan los pensamientos bajo el tono del “ojalá”, “y si”, “hubiera”. Ese tipo de pensamientos me hacen daño, mucho daño. 

Imagino como podría ser si ahora mi realidad fuera otra. Eso no puede ser. ¿Por qué no imagino lo que pudiera ser mañana, en un año o dos? Voy a pecar, advierto; la edad afecta la forma en cómo imagino el futuro. 

Pero vuelvo a la música y al vino. Opto por imaginar unicornios. No me hubiera creído que conozco tantas canciones de Phil Collins. Escucharlo me lleva a la Navidad en la que U2 era famoso por The Joshua Tree. Qué extraño. Esa Navidad la recuerdo porque la música sonaba igual de bonito que ahora, solo que estaba en el hogar familiar y mi papá había explotado de ira… ni así pudo matar me Navidad. La música es lo más. 

Esa música de juventud era tan distinta a la que escucho con frecuencia ahora en los golden years (estoy riendo por dentro). No faltaría algún contemporáneo que, comparando, engrandeciera a los británicos de entonces por sobre los sur coreanos de ahora. La verdad, son muy diferentes. Si mi gusto es exquisito (que sí que lo es, lo he comprobado varias veces), con toda la diferencia que los pudiera separar, agradezco mil haber encontrado a BTS. 

Ustedes no sabes, pero estaba por justificarme. Borré lo que había escrito. No necesito justificarme, y menos por por mis gusto musical, que, sépanlo, tiene lo suyo, es de calidad como la comida que agrada a mi paladar. 

El gusto se rompe en géneros, ya escucho decir por ahí. La belleza es relativa, no faltará quien lo diga. Y encima de todo eso, la subjetividad. Bueno, me apoyo en Benedetti: soy irremediablemente parcial. Y con todo, eso no demerita mi gusto. 

Tomaré otro poco de vino… La lluvia a disminuido en su intensidad. Mi perrita Abril agradece el detalle.