Si el cielo se pone gris ocultando todo de ti y no puedes ver (vaya ni siquiera te puedes ver a ti) y pides con todas tus fuerzas, desde el centro de tu verdad, una luz... créeme, serás escuchado y no sólo aparecerá una luz sino varias y en diferentes colores para demostrarte la abundancia que se entrega a ti.
Crecí oyendo a mi papá decir con enjundia "¡Qué chulada de maíz pinto!" cuando le veía las piernas a mi mamá y después se las estrujaba con las mega-manotas que Dios le dio. Hasta hace poco no tenía una clara idea de lo hermoso que es el maíz azul (con el que hacen las tortillas azules que saben a gloria) hasta que de golpe lo vi en el mercado de Xochimilco, esta foto no me dejará mentir, su belleza es asombrosa.
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