Mac y Meg en primera clase

Ni para quejarse mis perrines ahora de viaje terrestre: trayectos cortos, aire fresco y mucho más cerquita de mí. Ni compararlo con la tortura del viaje por avión.

Bueno, creo que la única tortura para ellos es ir oliendo los mangos y no podérselos comer.

Creo que no se me olvidó nada.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
me gusta mucho cuando escribes de tus perros!!


olivia
Anónimo ha dicho que…
gracias Olivia!

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