Sigo siendo la misma

No importa en dónde esté, si en el mercado de La Merced, en la alfombra roja de Cannes o corriendo por Djurgården, sigo siendo la misma.

Por un momento llegué a pensar que no estaba disfrutando lo que tenía pues no me sentía de alguna manera en especial (o sea que no me sentía ni más ni menos importante o especial). Un lugar no hace a la persona, es precisamente lo opuesto.

Estoy corriendo y me asaltan preguntas, una tras otra mientras el sol tuesta mi piel: ¿quién soy?, ¿cuántas ideas incorrectas tengo sobre mí, simplemente porque se las creí a alguien?, ¿estoy más cierta de cómo reaccionaría otro de cómo reaccionaría yo misma?

Estoy cansada y el recuerdo del una voz animando a los italianos en el maratón de Estocolmo parecía animarme a mí ahora, "Forza Italia".

Siguen apareciendo los mismos símbolos y aún no concluyo cuál es la historia detrás de ellos. A veces a través de ellos me siento en el camino correcto, otras me hablan de mí pero de una parte que aún no termino de descubrir. Uno a uno mis sueños se van cumpliendo y no me siento ni más ni menos quizá sea que tengo enfrente a la incertidumbre. ¿Pero quién puede estar verdaderamente cierto de algo?

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