Globos en el cielo
Eran las ocho de la noche cuando los vi como dibujados en el cielo, me dejaron maravillada del espectáculo que me entregaban, primero se asomó uno y a los tres pasos más empecé a descubrir uno y otro más. Me que de parada contentísima y asombrada como quien piensa que está viendo un ovni y me apené un tanto al ver que a nadie más le parecía importar.
Apenas a esta hora se podía sentir un frescor que me alentara al ejercicio, mis pies hinchados del calor y casados de andar me pedían ya no salir de casa. Por fortuna mi cabeza requería despejarse de las horas continuas que se dedicó a recibir sueco. Ya no podía pensar ni sentía ánimos de leer. Como quiera que sea el aire fresco también refresca el interior.
Comentarios