Traer a la mente una y otra vez
Estuve en el XII Encuentro Canarias-América cuyo programa giraba en torno al Exilio republicano español. De esos temas ni idea, nunca he sido afecta ni a la historia ni a la política. Pero ahí estaba, acompañando a mi amiga que formaba parte del comité organizador.
En la conferencia magistral, "Un pasado en guerra y exilio. Eduardo de Ontañón, entre el compromiso, el olvido la tercera España y la Memoria Democrática", impartida por Dr. Ignacio Fernández de Mata, aunque no sabía ni quién era ese Eduardo O. (ni me importaba) puse atención porque, a decir verdad, el Dr. Fernández había escrito muy bien su ponencia y la leía de manera impecable, como lo haría un locutor de radio entrenado (esos de antaño). Ya desde la inauguración, me había llamado la atención que algunos españoles (de familia republicana) estaban tocados emocionalmente, contenían las lágrimas, su cara se enrojecía. Qué cosas, pensé, pero si ya hace un rato que pasó eso y además se ve que les ha ido bien en la vida. Vaya, que hice una evaluación de "corte de caja" cuyo resultado final arrojaba ganancias y que me impedía comprender porqué el citado Encuentro les significaba.
Pues fue hasta que miré las fotos que presentaba el Dr. Fernández, que las piezas empezaron ha hacer un sentido en mí. Ahí estaba Franco (el dictador español que le partió la vida a muchos por ahí de 1936 a 1975) y ahí estaban los hijos de los españoles afectados rememorando. ¿Por qué no pasan página? Claro, decía una de ellas, claro que hay que pasar página, pero antes de pasarla hay que leerla y leerla bien.
Entendí algo. Hay naciones, generaciones, grupos e individuos que sufren eventos que marcan su existencia, hitos que parten el tiempo entre el antes de y el después de. La pandemia provocada por el COVID-19 es uno de sos hitos que parten el tiempo, las narraciones que rememoran se estructuran entorno a ese hito: antes de la pandemia, después de la pandemia. Así mismo, la historia de estos españoles que tenía enfrente estaba marcada por Franco y el exilio. A Alemania (y al mundo) lo partieron las guerras mundiales, Hitler, el nazismo. Cada pueblo queda marcado por un evento así como cada familia lo está por sus propios eventos (enfermedades, divorcios, tragedias a veces innombrables) que pasan, que se sobreviven, pero que no se olvidan.
Supongo que entiendo porqué a los que no han vivido un evento significativo, la rememoración les parece una cantaleta. Esos eventos que nos cambian la vida marcan el tiempo, se vuelven referencias de épocas. Ahora comprendo mejor: así como recuerdo mi experiencia con la ansiedad y la depresión, así también sucederá con el paso hacia la menopausia porque para mí ha sido estresante, impactante, me ha dejado marcada con huellas ondas en la memoria. Vuelvo a ello uno y otra vez porque es necesario para comprender lo que me ha pasado, para dar cuenta de lo que ha hecho de mí ese tránsito largo y entonces poder hacer algo. ¿Olvidar? ¿Cómo olvidas si quien eres es parte de aquel pasado? La rememoración es un proceso de digestión que muchas veces es lento y dificultoso.
Comentarios