Conclusiones

Pienso que esto es como si te pidieran que concluyeras respecto de tu vida. ¿Qué diablos puedes concluir de todo lo que has vivido? Concluir, concluir, nada. Porque han habido momentos altos y momentos bajos, porque llegar hasta aquí (que a alguien más le puede parecer mucho o poco) no ha sido un suspiro, ha tomado varios.
Escribir una tesis filosófica de maestría, basándome en Heidegger, ha sido de las cosas más difíciles que he hecho en la vida y también ha traído consigo las experiencias más complicadas que he enfrentado. Con la tesis, que no ha sido sólo la tesis, he enfrentado los cuestionamientos que más me mueven el suelo. Caminar al lado de ella por tantos años (en verdad no quiero hacer la cuenta porque me estreso) mientras también vivo y caminan al lado mío mis seres queridos con sus propios enfrentamientos con la vida, la verdad es que llegar a las "conclusiones" me tiene apabullada. Es un poco como la experiencia que tuve a los quince años, en ese entonces comencé a escribir mi primer diario y en a la par la vida me ponía enfrente un terremoto, el inicio de otra etapa en la escuela y el atropellamiento de mi tía. Lo que escribí en ese diario iba cargado de experiencias fuertes y miedo. La tesis de hoy también va cargada de muchas experiencias fuertes. ¿Qué quieren que escriba en las conclusiones? ¿"Vaya paseito"?
La filosofía tiene la particularidad de cuestionarte muy profundo. Quien no se cuestiona así mismo cuando aborda las cuestiones de la existencia sólo está jugando a hacer filosofía, porque cómo puedes preguntarte, por ejemplo, sobre cómo se da lugar el "yo" y cuáles son sus consecuencias si no cuestionas tu propio yo? Es como dedicarte a hacerla de lorito repitiendo lo que otros sí tuvieron en valor de cuestionarse.
Y por cierto, me pregunto, ¿qué pasaba por las venas de Heidegger cuando pensaba? ¿Le pasaba como a Kierkegaard que sentía desesperación y angustia? Yo creo que seguro, porque si no de dónde, tuvo que experimentar la angustia, la indiferencia, el aburrimiento, el asombro, el espanto, la necesidad y, claro que sí, también la serenidad. ¿Hay que sentir todo eso para finalmente efectuar el salto a otro estadio? ¿Luego del salto la cosa se pone mejor o más bien te das cuenta, en una extrema lucidez, que ante la vida es mejor rendirse?
Rendirse… es otro modo de decir amar, decirle sí a la vida con lo que quiera que te traiga. Decirle sí a la vida inevitablemente trae consigo una resolución a la finitud. Esto no está nada fácil.
La filosofía es el acto de pensar más estremecedor. El hombre en el acto de pensar las cuestiones más profundas, está solo y esto es lo que en esencia es ser hombre.
Me acabo de percatar que el texto puede resultar un tanto al modo de un capitán orgulloso hundiéndose con su barco, o al modo de un monje medieval llamando pecadores a los apartados de Dios en tanto se da latigazos. No era esa la intensión. Recapitulemos, editemos…
Es que la culpa la tiene la palabrita esa de "conclusiones".
Va de nuevo:
Estoy muy orgullosa de estar llegando a la culminación de mi tesis de maestría. Aplaudo mi resolución a comprender el pensamiento de uno de los grandes filósofos. La filosofía requiere de madurar el pensamiento. A mí me ha requerido un esfuerzo tremendo confiar en mis intuiciones al tiempo que abandonar mis ideas preconcebidas. Es difícil porque luego no sabes cuál es cuál. He leído y releído. He desistido de una versión que ya consideraba acabada para empezar de nuevo. Si me preguntan si finalmente he entendido, lo más honesto es contestar que creo que sí y por eso mismo, intentar escribir conclusiones me parece algo un tanto fuera de lugar. Si de por sí, estructurar el tema ha sido complicadísimo porque el pesar heideggeriano es un tanto a la forma de una espiral, es decir, no es secuencial y la razón de ello es que a esa forma de pensar no estamos ni medianamente familiarizados.
Me interesa escribir esto para compartir cómo es la filosofía "desde dentro". Me interesa comunicar que creo que la filosofía es una vía que puede transformar al hombre, que puede al menos frenar el incesante hacer y la prisa que nos hacen olvidar el verdadero significado de estar vivos. Claro que también está el arte… y la compasión… o aún más definitivamente, la vida simple adentro y afuera, pero ¿cómo llegas a una vida simple si habitas en el lado opuesto? El hombre puede filosofar al respecto y con ello tan sólo prepararse a que la gracia se lo obsequie.
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