Con el coraje de un cínico
Había una vez un hombre (o una mujer) que se puso a pensar por sí mismo, un hombre que se aventuró a desprenderse de la comodidad de ser un seguidor, un conformado por las reglas y las normas. Había una vez un hombre que encontró el coraje de revelarse, de cambiar su vida y vivir en autonomía. Había una vez un hombre que se miró así mismo, supo quién era y actuó en consecuencia.
Este hombre fue llamado el incómodo, el diferente, el radical... cuando en realidad era un agente del cambio, alguien que se atrevió a salir de la cueva, alguien que miro al mundo sin filtros, sin miedo.
¿Eras tú?
Este hombre fue llamado el incómodo, el diferente, el radical... cuando en realidad era un agente del cambio, alguien que se atrevió a salir de la cueva, alguien que miro al mundo sin filtros, sin miedo.
¿Eras tú?
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