La Santa Muerte
Por allá del 1524 la iglesia católica permitía el culto a la Santa Muerte, claro que en aquel entonces se llamaba La Santa Muerte de Cristo que era tan santa como la Santa Cruz o el Sagrado Sudario. Luego de un rato se fue separando de la imagen de Cristo para adquirir la apariencia de una calavera por influencia nahua pues existían en su concepción deidades de la muerte (masculina y femenina).
En una conferencia de un antropólogo sobre cultos religiosos urbanos, nos explicaba que estos cultos tienen su base en el cristianismo, que las personas que veneran a la Santa Muerte tienen una base católica, van a misa y se confiesan.
El motivo de que surjan todo tipo de santos se debe a la ausencia de funcionalidad de los "ídolos oficiales" ante la problemática del pueblo. La presión económica obliga a la gente marginada a auto-emplearse de ladrones y servidores sexuales, por ejemplo. Esta gente carece de atención médica oportuna, carece de una cultura de nutrición; de modo que tiene un pie en el hospital, otro en la cárcel y prácticamente el cuerpo entero a nada de la muerte. ¿A quién venerar entonces?
En el culto a la Santa Muerte se fusionan elementos como danzas prehispánicas, canciones como Las Mañanitas, porras que se escuchan en un partido de fútbol americano y rezos tipo rosario. Es venerada tanto como Cristo y la virgen María, la diferencia es que la Santa Muerte juega el papel de una madre permisible que protege a la gente en situaciones difíciles como el trabajo de un ladrón o de una prostituta por la noche. La petición primordial es el buen morir.
Así como hay familias que llevan el mantenimiento y organización del culto a una virgen, también hay familias de ladrones (la abuelita porta pistola calibre 45) que lo hacen para la Santa Muerte.
En una entrevista a un joven ladrón, decía que la Santa Muerte había aparecido en sus sueños y que en ese momento sintió una flama o una luz en el entrecejo (¿será el tipo de sueño verdadero donde se tienen revelaciones que mencionaba Sor Juana Inés de la Cruz?). Si el joven gozara de mayor suerte social y en lugar de hablar de ese tipo de ídolos mencionara directamente a Cristo o a Buda o a un Maestro de Luz, se diría que tuvo una experiencia mística. ¿Existe algo así como creencias buenas y malas o válidas y de superchería?
Otra cosa que me llamó la atención fue el discurso de un hombre mayor vestido como danzante como parte del culto. Habló del significado de su atuendo, de las deidades nahuas de la muerte, de la equivalencia de la virgen de Guadalupe con Tonantzin, del miedo a la muerte en la cultura actual, de lo que significaba para los nahuas la muerte de acuerdo a su cosmogonía, de la confusión que le causa a los católicos la existencia del infierno, el purgatorio, el limbo y el cielo y, agárrence, casi citando al Kibalión explicó que lo que es arriba es abajo.
Puede causar impresión que alguien pida protección a un santo para delinquir, puede causar horror saber que se le ofrecen las armas y partes del cuerpo de secuestrados. Entre más oprimida esté la gente, entre menos valor tenga su vida para la sociedad, más insensible se volverá ante su realidad y ante el sufrimiento de los otros, simplemente porque es la única manera de defender su sobrevivencia.
¿Ya leyeron El señor de las moscas?
En una conferencia de un antropólogo sobre cultos religiosos urbanos, nos explicaba que estos cultos tienen su base en el cristianismo, que las personas que veneran a la Santa Muerte tienen una base católica, van a misa y se confiesan.
El motivo de que surjan todo tipo de santos se debe a la ausencia de funcionalidad de los "ídolos oficiales" ante la problemática del pueblo. La presión económica obliga a la gente marginada a auto-emplearse de ladrones y servidores sexuales, por ejemplo. Esta gente carece de atención médica oportuna, carece de una cultura de nutrición; de modo que tiene un pie en el hospital, otro en la cárcel y prácticamente el cuerpo entero a nada de la muerte. ¿A quién venerar entonces?
En el culto a la Santa Muerte se fusionan elementos como danzas prehispánicas, canciones como Las Mañanitas, porras que se escuchan en un partido de fútbol americano y rezos tipo rosario. Es venerada tanto como Cristo y la virgen María, la diferencia es que la Santa Muerte juega el papel de una madre permisible que protege a la gente en situaciones difíciles como el trabajo de un ladrón o de una prostituta por la noche. La petición primordial es el buen morir.
Así como hay familias que llevan el mantenimiento y organización del culto a una virgen, también hay familias de ladrones (la abuelita porta pistola calibre 45) que lo hacen para la Santa Muerte.
En una entrevista a un joven ladrón, decía que la Santa Muerte había aparecido en sus sueños y que en ese momento sintió una flama o una luz en el entrecejo (¿será el tipo de sueño verdadero donde se tienen revelaciones que mencionaba Sor Juana Inés de la Cruz?). Si el joven gozara de mayor suerte social y en lugar de hablar de ese tipo de ídolos mencionara directamente a Cristo o a Buda o a un Maestro de Luz, se diría que tuvo una experiencia mística. ¿Existe algo así como creencias buenas y malas o válidas y de superchería?
Otra cosa que me llamó la atención fue el discurso de un hombre mayor vestido como danzante como parte del culto. Habló del significado de su atuendo, de las deidades nahuas de la muerte, de la equivalencia de la virgen de Guadalupe con Tonantzin, del miedo a la muerte en la cultura actual, de lo que significaba para los nahuas la muerte de acuerdo a su cosmogonía, de la confusión que le causa a los católicos la existencia del infierno, el purgatorio, el limbo y el cielo y, agárrence, casi citando al Kibalión explicó que lo que es arriba es abajo.
Puede causar impresión que alguien pida protección a un santo para delinquir, puede causar horror saber que se le ofrecen las armas y partes del cuerpo de secuestrados. Entre más oprimida esté la gente, entre menos valor tenga su vida para la sociedad, más insensible se volverá ante su realidad y ante el sufrimiento de los otros, simplemente porque es la única manera de defender su sobrevivencia.
¿Ya leyeron El señor de las moscas?
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