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El propósito de la vida

Hace tiempo que me pregunto sobre cuál es el propósito de la vida, por lo cual cada vez que veo algo al respecto me pongo a revisarlo para ver si me hace sentido. Claro, no es que en realidad esté buscando El significado de la vida, aquel real y verdadero (el one and only) porque imaginemos que sea algo así como "comer helado de fresa" y resulta que no sabes qué es un helado o no hay fresas donde vives o no te gusta el helado… ¿te imaginas que por ello tu vida careciera entonces de significado?

Entonces, esto del propósito de la vida es algo personal e intransferible y es algo así como la búsqueda de la felicidad. Ok, es personal, pero ¿cómo saber cual es tu propósito?

Antes pensaba que lo que había que saber era "la misión de vida", algo así como lo que estabas destinado a ser, como aquello que te llevaría a un crecimiento del alma si es que creías en la reencarnación. Pensar en algo así es creer que uno ya está marcado desde que nace y, francamente, creer en esto genera muchísima ansiedad. Es igual de loco que decir que una mujer ha nacido para ser madre, de modo que si no es madre esa mujer es un desperdicio. Loco es creer en que somos algo así como un objeto definible y perfectamente delimitado y más loco es creer que esas definiciones de lo que es uno las debamos obtener de lo que dice la sociedad o la religión (el deber ser) o lo que algún "vidente" nos pudiera decir (tu karma, tu misión de vida, las lecciones que vienes a aprender, etc.). Es de gente insana ceder su libertad como un ser que día a a día se va descubriendo para conformarse en el molde que le den con el fin de sentirse seguro y dejar la responsabilidad de la propia vida a otros.

Pero el ser humano parece que necesita una guía porque la libertad le espanta. Y por otro lado, aquellos que se extralimitan en el poderío de la razón pueden llegar a la "brillante" conclusión de que como en realidad no hay destino y todo marco de referencia en el que se organiza una sociedad es un marco acordado (aunque sea acordado por pocos y seguido por muchos), entonces no hay nada dicho, no hay dirección, no hay tal cosa como "lo bueno" ni "lo malo" y por lo tanto todo es posible de un modo radical (a esto le podemos llamar "nihilismo estúpido"), lo cual convierte al "todo es posible" en la nueva guía a seguir.

¿Entonces?

Creo que la trampa está en la búsqueda de absolutismos, en decantarse por sólo una perspectiva, en necesitar una guía fija, en pre-establecer la ruta antes de ponerse en marcha. Así que no hay EL propósito de la vida.

Pero, ¿cómo le doy sentido a mi vida? Creo que cuando me he preguntado esto he querido encontrar alguna forma de salvarme del sentimiento de estar a la deriva. Creo que he sucumbido a la idea de que "hay que ser alguien en la vida", es decir, hay que apegarse a ciertos parámetros para poder compararse frente a los otros y preferentemente salir ventajoso (tener éxito en algún rubro). Sentirse a la deriva es no encontrar el lugar propio dentro de los esquemas ya dados y también es que te resuene algo así como que no eres ningún objeto y "naturalmente" se es posibilidad, es decir, se es proyecto (se es siendo, el ser es aventura o descubrimiento y uno se va descubriendo poco a poco).

Parece que el asunto radica en saber escucharse, responder a las apetencias emocionales bajo el orden de lo que uno quiere para sí mismo reconociendo lo que uno está dispuesto a "pagar", algo así como hacerse responsable de las decisiones que toma uno y asumir de entrada que no hay garantías y sin embargo se está dispuesto a apostar por algo ahora pero a sabiendas de que siempre se puede cambiar de opinión o reiterar la apuesta. Creo que el asunto radica en no desvalorizarse por la opinión de otros, en no buscarse en los otros. Los otros están para compartir quienes somos, no para definir quiénes somos.

Otro punto importante: como te has sentido o como te sientes ahora NO define tu vida entera, o mejor, NADA define tu vida entera pues mientras tienes vida tienes posibilidades. No estar definido es es un problema simplemente has que seguir lo que te hace sonreír mientras te hace sonreír y habilitarse para uno mismo posibilitarse esa sonrisa.


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