Sigamos con la idea del post anterior: el hombre está enfermo. ¿La prueba? Los números de las ventas de El Secreto y de los seguidores de Esther Hicks, además del consumismo ilimitado de los pudientes y también de los no pudientes. La gente no está satisfecha, la gente quiere lo que no tiene y lo quiere ya. Los rituales de abundancia, las técnicas para aplicar la ley de la atracción, las ofertas de fin de temporada… todos buscan al hombre enfermo para quitarle lo que tiene a cambio de una ilusión: la satisfacción obtenida mediante algo que no eres tú. El hombre enfermo busca en lugares lejanos (donde hay luz —léase publicidad, cientificismo, espiritualismo y todos los "ismos"—) lo que se encuentra cerca (donde hay oscuridad —léase en-sí-mismo—) ¿Tiene así este hombre alguna posibilidad de encontrar lo que busca? ¿Es que lo ha perdido o es que más bien lo ignora —porque no hay cosa más fácil de ignorar que lo que nos ha sido dado desde siempre—? El hombre enfermo busca
"A soul in tension that's learning to fly" —Pink Floyd