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Mostrando entradas de mayo, 2017

Qué es vivir

Hoy, vivir es sentir el calor que sube del pavimento, es sentir las gotas de sudor corriendo por mis sienes, es sentir mi piel pegajosa y tener mucha sed. Hoy, es escuchar el motor de una motocicleta que se aleja, escuchar el motor de un avión que pasa, escuchar el tic tac del reloj que está en la pared que tengo a la izquierda, escuchar truenos en el cielo y a un pajarito cantar.  Hoy, es señor el suelo con los pies descalsos, sentir una punzada pasajera y leve en mi dedo índice, sentir como mi perrita se acomoda en mi regazo.  Hoy, es ver como la luz del sol se va apagando, ver las hojas secas de la planta que me regaló mi mamá, ver mis dedos de los pies secos, ver el color frambuesa de mi sillón.  Hoy, es no percibir ningún olor en especial.  Vivir, hoy, es sostener mi celular con las dos manos y escribir lo que es vivir hoy.  Vivir es darme cuenta de mis pensamientos que toman la forma de anhelos, preocupaciones, historias reconstruidas de tiempos pasados.

Del ego

El ego es una función de la mente o conciencia que se considera a sí mismo como separado de la consciencia (con "s") o campo de información que subyace a todo lo que es. Dicho esto desde el campo de la cotidianidad, el ego es esa idea que tenemos de nosotros (identidad) que para poder considerarse una subjetividad (alguien que observa, tiene opiniones y juicios, actúa) se aparta de todo y de todos, inclusive de nosotros mismos.  ¿Cómo es esto que nuestro ego nos aparta de nosotros mismos? Empecemos por poner en claro que el ego no somos nosotros, ya dijimos que es sólo una función. Nosotros en realidad somos seres dinámicos, es decir, estamos siendo y por tanto no somos algo fijo; constantemente estamos teniendo experiencias pero no nos percatamos de ellas, de lo que en realidad estamos viviendo porque nos encontramos secuestrados por los pensamientos arrojados desde el ego y con esos pensamientos se enturbian las experiencias y las calificamos de buenas o malas con

El mensaje de las lagartijas

Ya no volveré a ver a las lagartijas igual. Cuando antes eran unos animalillos repugnantes ahora al verlos me siento feliz. Las lagartijas no han cambiado, siguen siendo las mismas y además lo que piense yo de ellas les puede importar muy poco. He cambiado yo. Hay momentos pivote de la vida en los que haces un giro y son tan intensos que te fijas en ciertas cosas a las que luego les dotas del significado que el giro trajo para ti. Yo me fijé en las lagartijas. Pero no fue un encuentro casual, fue un encuentro pedido, quería una señal. Estaba, metafóricamente hablando, en un hoyo negro del que no veía luz alguna. Estaba en una combinación de depresión y ansiedad que hacía de un día normal (en el que a la vista de los otros no pasa nada) el más grande de los infiernos. La sensación no fue de un día, mi encuentro con las lagartijas tampoco. Yo estaba en misión "rescatarme a como diera lugar", y ahora que lo pienso es muy bonito, porque aunque mi mente me decía que no hab

Breve receta para alcanzar el cielo

Se abre una botella de Miraval, un vino de un color rosado muy delicado, se vierte el vino en una copa Riedel hasta la mitad y se deja oxigenar por una hora. Se cortan cuadritos de queso Gouda y se comienza a llenar el paladar con su sabor. Es importante comerlo despacio.  Se combina queso y vino. Este paso es preparativo. Tomarse sólo la mitad del contenido de la copa.  Ahora vamos a pasar a un sabor más sutil.  Se tuesta una rebanada de pan de mantequilla y se vierte sobre ella un poco de aceite de oliva de Artajo etiqueta negra (Arbequina) y se tritura un poco de sal de mar encima. Se muerde el pan con los ojos cerrados permitiendo que el sabor del aceite de oliva y la sal llene la boca. Entonces se bebe un poco de vino y se vuelve a morder otro trozo de pan. El agradecimiento brota por el alma, el cielo llega a la tierra.

De letras y pasos

Estaba releyendo a Matt Haig, pluma verde en mano para marcar para siempre las frases que resuenan conmigo, cuando recordé cómo algunos libros me han acompañado, apapachado, abierto los ojos, señalado algo importante a lo largo de mi vida. Recordé que han habido ocasiones en que los libros lo han sido todo y que como Haig, alguna vez pensé que: «Si juntas todos los libros, tienes la suma final de la humanidad.» Creo que yo empecé a escribir gracias a que mi mamá me regaló un diario. Nunca pude desarrollar una entrada con el típico "Querido diario" porque me quedaba atorada. No le escribía al diario, tampoco me escribía a mí misma, pero sí que escribía para "alguien". Sentía que lo que escribía formaba parte de la humanidad y eso me dio un sentido de pertenencia y de que podía aportar algo. Escribir es terapéutico. Te ayuda a darte cuenta de cosas que no sabías que tenías adentro. Puedes ver que contigo traes a la humanidad. Escribir te ayuda también a replan

Como disco rayado

De todas las experiencias que tenemos, elegimos sólo unas. De las experiencias que elegimos decidimos interpretarlas de una forma tal que entre todas apoyen una sola teoría, la del ego. La teoría del ego dice: yo soy esto, a mí siempre me pasa esto, esta es mi historia, este es mi sino. Y es una teoría que busca cumplirse, ratificarse, en todas y cada una de nuestras interacciones con el mundo, con los otros y con nosotros mismos. Así, como disco rayado, vas repitiendo una y otra vez la misma cantaleta en la que te regodeas miserablemente pues te privas de vivir tus experiencias de otro modo y si alguien te dice que lo ve de otro modo entonces decides que no te entiende, no te quiere, está en tu contra o es un estúpido. Y te pones a cantar más fuerte. Y puedes darle a la misma canción toda la vida y elegantemente llamarle leitmotiv  mientras te llevas la mano al pecho hinchado de orgullo, en lugar de decirle "disco rayado". No sé si te apetezca seguir en la misma iter

Voluntad

Como sucede con el yo, la voluntad llega a confundirse con el ego. La voluntad no es el instinto de supervivencia, es mucho más compleja, es de un orden superior y se alimenta de una "fuente" que va más allá de lo físico y de lo mental pero no por ello está en algún plano trascendente. Como dice Nishida, es cosa del más acá. La voluntad es la voz interior que no busca imponerse a nada ni nadie, pero no por ser una voz sutil es una voz débil. La voluntad es algo así como el impulso que nace de tu alma, te abraza y te acompaña si le dices que sí. La voluntad es una esperanza consciente e integradora que te atraviesa por completo y tú la percibes como amor. No, no quiere que seas el más fuerte ni el más inteligente ni que te forres de plata o te hagas de cosas ni que te hagan monumentos o te otorguen premios; la voluntad quiere que sientas plenitud y que esa plenitud surja de dentro tuyo. Creo que hemos otorgado legitimidad a lo que nos dicen que tenemos que hacer para