Entro en una librería porque quiero llenarme de ese algo que me brota cuando veo libros y los ojeo y leo palabras al azar y pienso que hay algo ahí, aunque no sé qué es. Muchos libros nuevos, muchos muchísimos que no leeré. Efectivamente, elegir alguno es abandonar cientos. Es azar, es destino. ¡Qué diablos! No sé. Tomo uno con título sugerente de entro los recomendados por los libreros. Murakami fue librero, Hesse fue librero… creo. Seguro estos de aquí han de leer mucho. Empiezo por el final, donde aparece la foto de la autora que de tan joven que es siento un golpe de dentro hacia afuera. Se supone que escribiría un libro y no es tan fácil. Pero esta autora, dice en la solapa, escribe en el Metrobus y otros lugares similares. Me duele el orgullo tanto que me pongo a escribir esto en medio de la librería. ¡Qué diablos! Me gustaría decir que con ser lectora me basta y me sobra. No es así. Yo quiero escribir. Y escribo. No escribo novelas, bloggeo sin ser una bloggera po
"A soul in tension that's learning to fly" —Pink Floyd