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Los juegos de la consciencia

Se dice que el hombre es un ser social. ¿En qué sentido? No creo que en aquel de reunirse en fiestas y agarrarse de las manos porque vaya que la pasaríamos mucho mejor. Ser social tiene un sentido más profundo y no tiene que estar ligado necesariamente con el conglomerarse físicamente. Ser social, me parece, tiene que ver con nuestra necesidad de darnos y dar sentido a  nuestra realidad por medio o gracias a los otros.

Si bien es cierto que como ningún otro ser —que sepamos— el ser humano concibe su realidad mediante la representación de ésta en la consciencia. Todo lo bueno y lo malo, así como su distinción sucede en la consciencia, no en la realidad per se. Toda la realidad representada en la consciencia sólo es posible obtenerla mediante la participación y comunicación entre varios seres humanos porque es imprescindible el comparar, evaluar y valorar lo que se observa y lo que se experimenta. Ninguna experiencia es completa para el hombre consciente sin su posterior representación o narración; nos pasa algo y eso lo relatamos, al relatarlo la experiencia pasa a formar parte de la realidad en nuestra consciencia, que al final es la única realidad que podemos manipular y, paradójicamente, que puede manipular el sentido que tenemos sobre nosotros mismos. Si nos preguntamos "¿quiénes somos?" lo único que podremos contestar es en primer lugar lo que otros han dicho de nosotros, luego, lo que somos en relación con los otros (hijos, hermanos, amigos, empleados, etc.), y lo que nos hemos dicho a nosotros mismos sobre nosotros en cada experiencia (he sido valiente, he sido estudioso, he sido malo) que ya implica necesariamente una comparación.  De todas las experiencias seleccionamos algunas o les damos mayor peso, de modo que si creemos que somos valientes, olvidaremos selectivamente las veces que hemos sido cobardes o las justificaremos. Todo ello es nuestra realidad que "vive" en nuestra consciencia y que puede hacer de nuestra vida un paraíso o un infierno.

Hemos cometido el error de creer que somos consciencia, cuando ésta es una emergencia de un organismo complejo. La emergencia no es el organismo complejo, el organismo complejo es la condición de posibilidad de la consciencia cuyo juego es moldear al propio organismo para asegurarse, ya sea como consciencia que provee al organismo de un paraíso o de un infierno. Lo que quiero decir aquí es que si creemos que somos unas personas exitosas o fracasadas, en cualquier caso es sólo una creencia formada por el juego de la propia consciencia con la perspectiva de la consciencia de los otros. En ningún caso somos por entero exitosos o fracasados, héroes o culpables, buenos o malos; el problema cuando creemos que lo somos es que seguimos fomentando la afirmación mirando la realidad bajo ese cristal que distorsiona la realidad. El problema es cuando entramos por entero en los juegos de la consciencia que busca establecerse como única realidad.

Dicen que sólo somos en la medida en que somos vistos o reconocidos por los otros. Lo que quiere decir es que la consciencia sólo es en la medida en que es vista o reconocida por los otros. La consciencia necesita verse a través de otras consciencias. El hombre ha creado su mundo gracias a su consciencia, de este modo, la consciencia se convierte en su más preciosa posesión y en su más pesado grillete.

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