El ser humano ha abdicado ante sus propias creaciones: sus productos de consumo; el hombre se deja formar por ellos sin darse cuenta, se acostumbra a ellos, se adapta a sus adquisiciones y hasta desarrolla apego; el hombre es conforme a lo que tiene porque si no se tiene nada no se es. Parece que el hombre rechaza ser único e irrepetible y prefiere definirse a través de productos estandarizados, compartir necesidades estandarizadas, desear de forma estándar ¿para qué preguntarse qué se quiere si la respuesta está perfectamente documentada en revistas, comerciales de radio y TV, mainstreams , etc.? ¿Por qué estar satisfecho con el propio “césped” si el del vecino siempre es más verde? El ser humano se evita la penosa tarea de conocerse pero, en cambio, se entrega por completo a la labor de coleccionar objetos como si se recuperara así mismo y aún a sabiendas de que la satisfacción nunca llegará. Decimos que somos únicos pero no aceptamos que el otro sea distinto, nos sentimos más có
"A soul in tension that's learning to fly" —Pink Floyd