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Mostrando entradas de junio, 2010

Experimentando (viviendo)

… “Yesterday has been and gone Tomorow will I find the sun or will it rain [...] I've been the king, I've been the clown now broken wings can't hold me down I'm free again” Ozzy Osbourne Dicen que no hay manera de que se entienda una experiencia completa hasta que se haya experimentado ser la víctima y el victimario. Dicen que eso es la divinidad en continua expansión. Alguien más dice que es el anhelo de plenitud de ser . Dicen que cuando se asimila la experiencia por completo, se trasciende a ella y entonces comienza la búsqueda de una nueva. Una vez que has jugado el papel que te ha tocado y lo has hecho en consciencia estás libre de repetir la misma experiencia... eres libre de ese papel, eres libre otra vez. Y ahí viene el mañana con algo nuevo que vivir, no sabes si te tocará sol o lluvia. Estás ahí, con todo tu ser y el impulso que sientes es amor, deseo de ser. Es cierto, te lo digo porque lo he vivido, que cualquier cosa que vivas puede convertirse en

Pensamientos de las 3am

Me tardé un poco buscando la foto adecuada para esta entrada. Tenía que ser oscura como la noche que me circunda, reflejar un poco de melancolía e ironía. No hallé sino ésta y lo que me viene a la mente es que la vida es una obra de teatro, sin oportunidades de volver a hacer un diálogo mal hecho, uno sigue con la falla intentando que nadie se dé cuenta, buscando al vuelo cómo arreglar el papelito que se acaba de hacer. La vida es una obra de teatro para la cual no se ha ensayado, cada vez que la actuamos olvidamos la representación anterior. La vida es un arriesgue continuo, un constante tomar decisiones sin apenas evaluar muy bien los riesgos porque siempre, cada segundo de vida, es la primera vez. Avanzada la obra se llega a creer que se tiene el control y el siguiente acto se vive pensando en los actos anteriores, no en sí en la escena actual y se toman decisiones con base en lo que se vivió antes y no en lo que se siente en el momento... y a veces, ni así se garantiza un flu

No te vayas

¿En dónde se quedó mi optimismo? Cuando me toca platicar con alguien y hablar de las posibilidades que existen, de lo bueno que hay ahí afuera, ser idealista me es muy fácil. Creo, ahora me doy cuenta, que vivir en el pesimismo me es tan doloroso que hago todo lo posible porque nadie más esté ahí conmigo... en el pesimismo. Me es difícil decir, "ok, me siento mal", sobre todo porque siento que a nadie le gusta escuchar eso, porque es mejor hablar de nada, o un poco más calmante si de habla de los logros que se han tenido en la vida (enumerando diversos éxitos: hice tal, logré tal, gané tal; léase: tengo el control de mi vida). Es obvio que la vida se compone de momentos buenos y de momentos no tan buenos, pero cuando por un lapso sólo se viven de los no tan buenos, es difícil acordarse de cuando se vivían momentos buenos o tener la esperanza de que este lapso pasará y volverán los buenos tiempos. No sé que piensen los mexicanos cuando sexenio tras sexenio uno tiene que seguir

Cuando tienes que decir "no"

Todo tiene su tiempo. "Luchar" es una palabra que he relacionado toda mi vida con "hacer algo" y he creído que es un verbo que ejecutan aquellos llamados exitosos. En este tiempo he aprendido que a veces es necesario hacer nada, decir "no". Es fácil entenderlo cuando se observan las estaciones de tiempo, en cada estación se hace algo, por ejemplo: en primavera se prepara la tierra, en verano se siembra, en otoño se cosecha y luego en el invierno uno se guarda para reflexionar, descansar y esperar el siguiente ciclo. Si uno se cree luchador, como yo, le da por empezar a sembrar en pleno invierno nada más por el gusto de que todo suceda ya y porque cómo-no-se-va-a-poder. Uno dice, sé sembrar, tengo las capacidades, tengo las semillas sólo es cosa de que lo haga, porque sí no es ahora entonces cuándo y porque se oye claramente el tic-tac del reloj avisándome que el tiempo se me acaba. ¿Y qué pasa cuando se siembra en invierno? que no nace nada, que uno ga

Varios meses después...

Hoy me acordé de un día en el que fui muy contenta y muy triste al mismo tiempo. ¿Será eso abrazar la emoción para convertirla en dicha? No sé. Me acuerdo que ese día hacía frío, llovía, tenía los pies mojados y los tenía tendidos hacia el fuego. Estaba nublado y las cosas resplandecían de una manera inexplicable. Había agua por todos lados, por dentro, por fuera, en el ambiente, en mí. Estaba sentada mirando coníferas a lo lejos sin idea alguna de que haría después, quiero decir, de qué haría con mi vida. Estaba ahí en el lugar perfecto, como de sueño, viviendo mi peor pesadilla. Comí delicioso, bebí champagne, platiqué con el corazón en la mano y al mismo tiempo veía a una mujer ya mayor (de esas con el cabello blanco, el cuerpo encorvado y que apenas podía caminar) comiendo tan rico como yo y me pregunté si se sentía tan sola como yo o tan dichosa como yo. La miré como si me mirara a mí misma. La miré en el lugar más bello, con los ojos puestos en mar, con una copa de vino blanc

Aún cuando esté nublado

Si el cielo se pone gris ocultando todo de ti y no puedes ver (vaya ni siquiera te puedes ver a ti) y pides con todas tus fuerzas, desde el centro de tu verdad, una luz... créeme, serás escuchado y no sólo aparecerá una luz sino varias y en diferentes colores para demostrarte la abundancia que se entrega a ti.

La naturaleza humana y el hambre de lo infinito

"Está bien renunciar a los placeres creados por los increados, pero renunciar también a éstos es como un suicidio ontológico, como una perversión metafísica; es destruir la arquitectura antropológica, hecha por Dios para llenarse de luz, amor y gozo. Es negar la esencia de la naturaleza humana. Es negar la vida." José María Moliner ¿Por qué huyo de la religión? No es que sea hereje, como me afirmaba mi madre. No es que esté desprovista de fe, acaso peco de exceso de ella. Huyo de ella para no seguir cometiendo un almicidio que me desprovea de la luz, el amor y el gozo. Huyo de los NO, de los DEBES y de los TIENES. Huyo de cualquier cosa que intente cambiar mi propia arquitectura. Y en esa escapada un tanto caótica me hago de todo el valor posible para enfrentar lo que sí soy. Darme cuenta de lo que soy capaz por satisfacerme a veces me espanta, porque es como entregarme a mi destino incluso cuando la entrega misma mi mente la percibe como autodestrucción... y no hay tal. Tien

De cenotes y puestas de sol

Yo digo, quiero ir a la playa. La vida me dice, ve a Yucatán. Yo acato. Si me hubieran dicho el año pasado que iba a hacerme de unos amigos con los que compartiría inquietudes mucho más allá de lo mundano, si me hubieran dicho que le estaría hablando al mar y al sol de temas que ni siquiera me hubiera permitido dedicarles más de 10 minutos cerebro. Si me hubieran dicho que correría en la playa con los pies descalzos y con vestido de fiesta... Seguramente habría pensado que había un error, que me habían confundido con alguien más o me hubiera cerrado a que sucediera. Como nadie me dijo, sucedió. Y en medio de todo me quemé el ombligo, bebí varios Besos Mayas (aunque me advirtieron que no lo hiciera), le canté un mantra al mar, me rebauticé entre las olas, me sumergí en las aguas frías de un cenote paradisíaco, me atreví a hablarle de lo que siento a mi madre, caminé entre las ruinas mayas, presencié una unión de amor, la luz se hizo presente, bailé hasta las 5am, brindé con cavern