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Leyendo en el tunnelbana

He observado que conforme el frío se incrementa, a la gente le da por estar consigo misma, es como si se calentaran mirando hacia adentro.

Es común que la gente lea en el metro, pero estos días la gente abre más sus periódicos y se inclina ante ellos. Desde luego que también están los que traen libros. Los libros son más comunes por la tarde, cuando las noticias han pasado.

Habían de hacer una edición de periódicos con noticias buenas. Seguro la gente preferiría saber que vamos para adelante; aunque, claro, están los que les gusta martirizarse leyendo sobre la política y la economía, alimentando su estrés y sintiendo que tienen la información suficiente para tomar las grandes decisiones.

¿Será posible dejar de jugar a las especulaciones y dejar a un lado el dinero electrónico?

Bueno, mejor cambio de tema. Volviendo a la lectura en el metro... si le ponemos aire acondicionado al metro en México para que todos se congelen, a lo mejor dedican el viaje a pensar un poco más... y si iniciamos una campaña de lectura haciendo que las personalidades de la tele salgan leyendo y comentando de libros, a lo mejor por imitación incrementamos el índice de lectura.

Yo por mi parte hago lo mío, leyendo y comentando a los que conozco de lo que leo. Con mis papás es muy agradable seguir compartiendo ese gusto, luego les paso libros y ellos me dan su punto de vista y así amplío mi visión y también los conozco más a ellos.

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