Ir al contenido principal

Se avecina el Otoño

Hoy me encontraba en Södermalm, donde la calle de Götgatan siempre está dispuesta para un breve paseo de vidrieras que bien se me antojaba después de haber almorzado un smörgås de chèvre acompañado de un espresso Frappino.

Había pasado ya algunas horas en el pequeño centro comercial Skrapan , de modo que no me percaté del cambio del clima hasta que puse un pie en la calle y sentí que el frío me erizaba la piel de los brazos. Di vuelta a la izquierda rumbo al norte ya con las manos al fondo de los bolsillos de mi pantalón y los brazos apretados a mi torso; me apetecía ir a hacer "levantamiento de inventario" a la tienda de ropa Gudrun Sjödén de diseño sueco. 

De ninguna manera me imaginé que alguna vez pudiera quedarme pasmada de sólo ver como la ropa de temporada anuncia el fin del verano (¡qué corto me ha parecido!). 

En la segunda impresión,  la tienda me parecía que tenía un aire familiar; caminé un poco más hacia el fondo donde me encontré con unas muñequitas de trapo que parecidas a  las que elaboran las indígenas en México. ¡Ah! ahora me doy cuenta de qué es lo que percibo familiar; la ropa tiene un aire indígena: los colores cálidos, los patrones, las combinaciones en contraste. 

En la revista de la tienda veo que la diseñadora se ha inspirado en Guatemala y su propuesta es vestir a las holmienses del calor centroamericano, imitando los colores que tendrán las hojas de los árboles que aún se encuentran verdes. 

Dando un toque adicional al ambiente, como música de fondo se ha elegido un son. La tienda vende bien. No dudo mucho en hacerme de tres prendas que me parece podré combinar con facilidad.

Con mi bolsa de tela conteniendo las tres prendas, otro detalle de la tienda, vuelvo de nuevo a la calle rumbo a Slussen. Esquivando a los ciclistas citadinos, vuelve a mí la imagen de los primeros días de calor: había gente que se resistía a dejar los gorros y las bufandas mientras que otros más aventurados salían en sandalias. Ahora yo soy de los que se rehusan a dejar el verano y salen de playera en busca del sol; pero ya se filtran entre los paseantes quienes llevan pashminas o chaquetas porque creen que ya no saldrá el sol.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Qué chulada de maíz pinto

Crecí oyendo a mi papá decir con enjundia "¡Qué chulada de maíz pinto!" cuando le veía las piernas a mi mamá y después se las estrujaba con las mega-manotas que Dios le dio. Hasta hace poco no tenía una clara idea de lo hermoso que es el maíz azul (con el que hacen las tortillas azules que saben a gloria) hasta que de golpe lo vi en el mercado de Xochimilco, esta foto no me dejará mentir, su belleza es asombrosa.

Arte y política

Hace tiempo ya que el arte dejó de ser arte para convertirse en producción. Hace tiempo ya que el arte abandonó la inspiración para conformarse en las maneras y modos que convienen a la venta. Hace tiempo ya que el arte dejó de ser transgresor desde sí mismo para convertirse en imagen de una visión de mundo. Antes me preguntaba si el arte tenía un deber para con el pueblo, si el arte debía tener una posición política. Ahora pienso que ello es ya abandonar el arte para convertirse en publicidad. El arte no se debe a nada ni nadie, el arte —como también la filosofía, la religión— no debieran de servir a nadie ni tampoco montarse sobre eventos con el puro fin de la notoriedad o la moralina. El arte abre y al abrir comunica, no lo que quiere decir el pintor, sino lo que la apertura per se le dice al espectador. El arte tiene sus materiales y sus técnicas, el arte presenta formas en un espacio limitado, pero cuando es arte  trasciende todo ello y habla lo que no tiene voz. El

Todo va a estar bien, o no: el absurdo de la existencia humana

Llevo varios meses leyendo de a poquito "Vivir la lucidez" de Albert Camus. Para beneplácito o agobio de los que me siguen el Facebook, he estado compartiendo algunas citas, muchas de las cuales tiene que ver con lo que me ocupa en ese momento. Coincidencia o no, así ha sucedido. Hoy, al despertar, me encontré con varias citas de Emil Cioran que, al igual que Camus, trabaja el absurdo. No había leído nada de Cioran antes porque tiende a ser muy depresivo. Pero estos tiempos mi ánimo ha decaído algo y las preguntas por el sentido de la vida han vuelto a emerger, así que no es de extrañar —al menos para mí— que se hayan conjuntado Camus, Cioran y una película de Win Wenders ( Every Thing Will Be Fine , 2015). De modo que aquí estoy con un algo entre la boca del estómago y el centro del pecho (¿tiene nombre ese lugar?), tratando de poner orden a esto y dejarles algo para su propia reflexión, si tienen el ánimo para seguir leyendo. Me preguntaba hace unos días sobre el sentido de